Un corazón de lana y
acero comenzó a latir rítmicamente y
la vida fluyó acompasada. Heredó de mamá la suavidad y la dulzura de la fibra.
El brillo del acero como lo tuvo el abuelo. Aunque la humanidad estaba dentro
de un ser único. Nació débil y muy pequeño, pero con poco que lo acariciaron y
le abrillantaron el alma, se convirtió en un chico excelente, que se decantó
por la ciencia. No tuvo sosiego, hasta que se convirtió en el mejor cirujano
que trasplantaba corazones fuertes y suaves, como el que tuvo él.
Nani.
Marzo 2019
Está claro... nació predestinado.
ResponderEliminarBesos.
Pudiera ser Toro, ¿Quién sabe?
EliminarBesicos muchos.
Un homenaje a todos aquellos corazones que volvieron a latir.
ResponderEliminarAlfred, la gente grande hay que tenerla presente.
EliminarBesicos muchos.
Genial ese corazón de acero.
ResponderEliminarMe ha encantado la forma que le has dado.
Feliz noche amiga.
Un beso😘😘
Muchas gracias Carmen. Me gusta que te guste.
EliminarBesicos muchos.
¡Y seguro que los trasplanta con las misma delicadeza que tu texto!
ResponderEliminarUn fuerte brazo, Nani.
Aurora, eso esperamos de la gente de esa pasta!!
EliminarBesicos muchos.
Un ser único sin duda, lindo leerte, saludos y abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra. Lindo recibirte.
EliminarBesicos muchos.
el universo es sabio y nos muestra los caminos correctos. un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Ulisses por pasarte.
EliminarBesicos muchos.