viernes, 15 de marzo de 2019

TARDE DE BODA




Me estaba poniendo nerviosa, llevábamos esperando dos horas y todavía nos quedaban otras tantas. Por delante de nosotros había varias parejas. Los empleados celebraron las butacas diciendo que estaríamos cómodas, pero eran del año “catapún” y estaban, viejas, sucias y duras.
Ellos como siempre cuando se reúnen, encontraron una diversión. Aficionados a los juegos de mesa consiguieron una partida de ajedrez, que iban alternando. Eliminados los perdedores, jaleaban con el resto que miraban. Todos se divertían y lo pasaban pipa, ¡nada como un grupo de chicos con juegos de por medio!
No puede aguantar más y salí a la calle. Me fumé dos cigarrillos, me tomé un café y cuando de nuevo entré, seguían gritando como niños que se conocieran de toda la vida. Algunas chicas dormían por puro aburrimiento e incluso una que apartada estaba,  lloraba de desilusión e impotencia, ¡supongo!
Sin más y viendo el panorama que me esperaba para el resto de vida,  me arranqué el tocado, se lo entregué al que iba a ser mi esposo y  le dije que me iba para siempre. 
Al salir, noté como me daban las gracias los hijos que nunca tuvimos.

Nani. Marzo 2019