Esas alas de plástico
servían para volar hasta
el infinito. Cuando las miraba su imaginación se ponía en marcha y poco a poco,
podía sobrevolar la Ciudad de la Luz y posarse en la Torre Eiffel, correr la
maratón en la avenida de los Campos Elíseos y llegar a recoger la flor que su
chica le entregaba en la meta para más tarde, cogerla de la mano e ir a tomar
un helado de chocolate y menta. Otros días no había tanta fortuna y cuando el
Giraldillo de la mesa le guiñaba un ojo, este le devolvía a su silla y a su
minusvalía.
ALAS DE ÁNGEL
Esas alas de plástico
servían para volar
hacia arriba o abajo, izquierda o derecha y gracias al lazo que le ponía mami,
conseguía ser el Arcángel Miguel, salvar a todos los niños del diablo y volver
a casa como un héroe de cómic. De mayor
le hubiera gustado tenerlas en su cuarto, cuando esos indeseables la
cogieron y la llevaron al parque en
donde perdió hasta la razón.
Nani.
Febrero 2019
Los dos son geniales, pero el segundo me toco el alma y me puso triste al leer ese final, saludos amiga.
ResponderEliminarUn poco duros Sandra, pero es que a veces esa dureza la tenemos clavada en el alma y tiene que salir de alguna manera.
EliminarBesico muchos.
Son muy duros los dos, Nani, pero eso no les quita la brillantez acostumbrada. Cada vez mas.
ResponderEliminarSuerte para la próxima vez.
Sí Alfonso, mucho. Muchas gracias por ese bonito comentario.
EliminarBesicos muchos.
Jo... los dos me han dejado K.O.
ResponderEliminarBesos.
Toro, para compensarte te dejo besos y abrazos y más...
EliminarBesicos muchos.