sábado, 2 de marzo de 2019

TODA UNA VIDA




Viernes creativos: Escribe una historia, propone.

Ya he terminado. Solo queda la televisión que la recogeré cuando arranque la furgoneta con mis escasos enseres, y el traje que me sirvió para casarme con la Juani. Lo colgaré donde pueda para que no se arrugue. Tendré que llamar a mi chica. Ella creé que sigo trabajando. No he querido que supiera que desde hace dos años no consigo un mísero euro. La llamo a Melbournea todas las semanas. Utilizo el servicio de llamadas de WhatsApp que he procurado tenerlo activo aunque no haya tenido algunos días para la cena, pero no quiero que se preocupe por mí. Hago como que no tengo buena cobertura para  que me llame ella y así duren más mis megas. Ella cree que todo va bien y pronto dice que vendrán a visitarme, entonces no tendría más remedio. Traerá a  su esposo y a su hijo. Son muy morenitos y muy distintos a nosotros, pero en las fotos que me mandan veo que tienen los ojos cargados de vida y eso es muy importante para ser buena gente. Al principio no lo asimilé bien, soy de pueblo y aunque vine a la ciudad a trabajar, hay cosas que cuestan cuando no se está acostumbrado a verlas, pero con el tiempo he comprobado que la gente buena no necesita tener color, sino brillo en la mirada y mantener con respeto la tuya. Sin embargo los patrones escondían la vista cuando les pedía lo que me correspondía y al final, me despidieron sin dar la cara. No he conseguido las prestaciones necesarias y hoy  ya no ha habido más plazos y me han desahuciado. No sé a dónde iré. Servicios sociales dicen que me han buscado un lugar por un tiempo, pero después igual termino en un cartón durmiendo con una manta, en cualquier banco del parque o en un portal. Hoy me pregunto de qué sirvió salir en manifestaciones para pedir los derechos de los trabajadores y tantos esfuerzos y horas en los sindicatos luchando por otros, para que los sueldos fueran  los que correspondían a los trabajos prestados. Que tuvieras un futuro. Que no pasara lo que al final a mí me pasó. Mi seguridad social no fue pagada y así me veo hoy. No he podido tener voz porque he sido un humilde barrendero que me he pasado la vida recogiendo miserias, tristezas de otros y hasta las lágrimas de los que me han precedido. Hoy no sé dónde iré, pero si me queda la seguridad que trabajé como el primero a cambio de mentiras y sinrazón.

Nani. Marzo 2019

12 comentarios:

  1. Una tragedia personal, cada vez más común.

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    1. Por eso lo hago Alfred, entre otras cosas, para hacer voz de lo que no debemos repetir.
      Besicos muchos.

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  2. Tragedias no nos faltan...
    Feliz fin de semana.
    Un abrazo

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    1. No faltan Carmen, por eso al repetirlas en relato, espero que al menos las tengamos presente y no aportemos para que se repitan.
      Besicos muchos.

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  3. Jo... qué pena más grande...
    Yo no puedo con estas tragedias vitales.
    Ufffffff

    Besos.

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    1. Toro, Es triste, pero para eso estamos, para intentar evitar lo que en nuestra mano esté.
      Besicos muchos.

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  4. Un caso demasiado frecuente en estos tiempos que corren. Terrible la situación en la que se quedan los afectados tras un desahucio.
    Excelente relato, Nani!
    Besos apretados.

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    1. Muchas gracias Pilar. Sí, duro el caso y lo triste es que quienes deben evitarlo, no lo hacen. poco nos dejan hacer.
      Besicos muchos.

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  5. Un buen relato como de la vida real.... un gusto leerlo, saludos amiga

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