Nos apenó que no le
quedara ni un recuerdo para rellenarlas. Año tras año guardaba las fotos de los niños y las que se
hacía con su Juan, pero estas estaban vacías. Siempre dijo que eran las mejores
cajas de latón decorado, en las que depositó parte del ajuar y de su vida. Más
tarde evocaron las bodas y los nietos. Cuando se terminaba el dulce de
membrillo que mandaban del pueblo, las lavaba con esmero y todos esos recuerdos
quedaban prendidos en lo que dio en llamar sus cofres. Tan solo estas dos
estaban tan huecas y apagadas como su triste memoria.
Nani.
Junio 2019
Qué duro es el olvido...
ResponderEliminarMuy bueno, Nani! 👏🏻👏🏻👏🏻
Muy duro Pilar. Muchas gracias.
EliminarBesicos muchos.
En el camino hacia atrás los pies van borrando el camino. Triste y realista, Nani.
ResponderEliminarSí Manoli, así es por desgracia. Muchas gracias.
EliminarBesicos muchos.
Triste ese encuentro con las cajas de recuerdos totalmente vacías.
ResponderEliminarMuy triste Alfred. Las cajas hablan y dicen tanto!!
EliminarBesicos muchos.
Qué horror... sólo de pensarlo me estremezco...
ResponderEliminarCuando sabemos de un caso real Xavi, se nos parte el alma y da mucho miedo, es verdad.
EliminarBesicos muchos.
Tanto tiempo mi querida Te abrazo
ResponderEliminarMuchos tiempo Recomenzar.
EliminarOtro abrazo.
Que triste relato. Muy triste es el olvido de recuerdos........Saludos amiga.
ResponderEliminarSandra, demasiado cruel para la persona que lo sufre y todo el que la rodea.
EliminarBesicos muchos.
Hay que buscar y restablecer lo amado.
ResponderEliminarSi se puede, sí Maulen. Gracias por pasar por aquí.
EliminarBesicos muchos.