Me
regalaría un diamante como un garbanzo en
prueba de su amor. Le contesté que no quiero joyas, sino sinceridad. Resultó ser
un papanatas, se ofendió y me montó
una escena tan cómica que daba risa.
Para suavizar la situación, le dio la ventolera
y me llevó un ramo de rosas azules que pagó con mi sueldo, porque por
incompetente lo mandaron a casa. Yo también lo envié a la de su madre para que
lo terminara de madurar. Hoy recibo un buzón de voz melosa, que ha servido para poner la guinda al pastel.
Nani.
Junio 2019
Colaboración con la página solidaria cincopalabras.com
No era fácil el reto y lo has conseguido.
ResponderEliminarBuena historia.
Besos.
Gracias Toro.
EliminarBesicos muchos.
Entiendo que utilizaste unas palabras exigidas.
ResponderEliminarMuy logrado!
Besos.
Sí Älfred, al menos lo intenté-
EliminarBesicos muchos.
😘💙
ResponderEliminarBesos Carmen
EliminarMe sabe a historia re conocida...
ResponderEliminarno hay que dar pie atrás.
La verdad es que nos reconocemos en estas historias Meulen.
EliminarBesicos muchos.
Te a quedado muy bonito el relato. Saludos y abrazo amiga.
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra.
EliminarBesicos muchos.