Con su gato Mishí, que
no participó, como tampoco lo hizo el peluche Blanquito, ni Tocotoco que su misión
era cuidar de los juguetes. Si fueron a participar los mellizos disfrazados de
Zipi y Zape. Hicieron la parodia que papá escribió para el taller de teatro y
todos los niños disfrutaron de sus diabluras, merendaron juntos y al terminar,
Juanito acompañado de la oncóloga volvió a la habitación donde seguirían con el
tratamiento.
Nani. Noviembre 2019
Triste por lo que indica la historia, esperanzador pues se lo pasaron buen.
ResponderEliminarAlfred, como la vida misma. estos casos se repiten muy a menudo
EliminarBesicos muchos.
Muy real este microrrelato, y triste, ahora a estos niños los entretienen para llevarlo de forma más aliviada.
ResponderEliminarFeliz martes querida nani.
Un beso amiga.
Es lo menos que debemos pedir, no?
EliminarBesicos muchos.
Que triste, pero al menos se divierten. Un gusto leerte. Saludos.
ResponderEliminarAl menos de esa manera le será más llevadero.
EliminarBesicos muchos.
Qué bofetón cuando he llegado a la oncóloga...
ResponderEliminarUffffffffffff
Si es un bofetón, pero sobre todo a quién lo padece y si es un niño, ya me dirás!!
EliminarBesicos muchos poeta.