Imagen recogida de la red (Anacrusa)
Aquella
mujer me enseñó cómo se hacían y la primera que degusté, fue la que ella hizo.
Mientras terminamos de cocinar varias tandas, me contó que le gustaba mucho la
música, el vals y la milonga. Volar sin tregua como un vencejo, aunque por
motivos que no llegaba a comprender, le habían cortado las alas, si no fue que
se las dejó cortar a cambio de una vida algo más cómoda, que al final no
resultó ser tanto.
Ahora
me dice que se siente tan débil como la anacrusa dentro de una pieza musical, aquella
que quiso ser tan grande como la Sinfonía en Do Mayor, KV 96 de Mozart.
Nani.
Diciembre 2019
una vida cómoda nunca suena interesante...
ResponderEliminarestoy leyendo la biografía de Beethoven así que esa referencia final hizo que en este mismo momento la este escuchando y así desasnarme un poco...
saludos y que salga rica la comida...
Así es JLO, nada de interesante. Espero que hayas disfrutados a Beethoven.
EliminarBesicos muchos.
Rapidamente he tenido que ponerme a escuchar Kv96 ;)
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro Alfred, que te haya servido para disfrutarlo.
EliminarBesicos muchos.
Me has pensar en cuándo y dónde me quedé sin alas...
ResponderEliminarJo.
Besos.
Xavi, eso nos pasó a todos y mejor no recordarlo a menudo, no merece la pena.
EliminarBesicos muchos.
Que triste dejarse cortar las alas. Un gusto leerte y reflexionar.... Saludos amiga.
ResponderEliminarSandra, de alguna u otra manera, a todos nos han cortado algún trocito alguna vez.
EliminarBesicos muchos.
Pues sía nani, es muy triste y penoso llegar a ese punto.
ResponderEliminarGran reflexión nani.
Feliz salida y entrada de año amiga.
Un gran abrazo con mis mejores deseos.
Un beso.
Carmen, demasiado penoso. Muchas gracias por tu comentario. Igual te deseo que tengas una preciosa salida de año y mucho más bonita, la entrada de 2020.
EliminarBesicos muchos.