Su miedo había desaparecido, no sin antes haber meditado largo y tendido el motivo que le producía tanto espanto y terror. Nunca imaginó que aquellas palabras escuchadas siendo tan pequeño, fueran el culmen. Era el que castigaba a su compañero de aventuras y es que su hermano pequeño siempre fue capaz de retarle. Más tarde cuando le cruzó la cara a aquella que les dio el ser, se encogió tanto que hubiera cabido de nuevo en su vientre. Más tarde le dijo que el primogénito tenía la obligación. Hoy ya lo ha superado y hace bastante que no se orina al pensarlo. De todas maneras, ya no volverá nunca más.
Nani. Enero 2020
Le cruzó la cara... jo, qué fuerte y qué pena.
ResponderEliminarBesos.
No solo eso, sino que él quedó marcado para siempre.
EliminarBesicos muchos.
Un tanto fuerte sí que es.
ResponderEliminarBesos.
Alfred, como a veces la vida con algunas personas.
EliminarBesicos muchos.
Buen texto, si, muy fuerte. Saludos amiga.
ResponderEliminarSí Sandra, pero por desgracia, todos sabemos de alguien.
EliminarBesicos muchos.
Ufff! que brutal amiga.
ResponderEliminarFeliz día.
Un beso
Sí Carmen. Brutal como algunas veces somos los seres humanos. Muchas gracias e igualmente para ti.
EliminarBesicos muchos.