Ayer estuve en una sala de cine viendo la película “Adú”. Todavía tengo el estómago encogido de las escenas de ese film, que se me clavaron en el alma. Estuve tentada a salirme porque casi no soportaba la mirada de ese niño de seis años, de su hermana mayor (tan mayor para esos pocos años que tiene), que es capaz de sacrificarse hasta lo indecible. De ese joven superviviente que llora mirando el horizonte y duelen sus lágrimas tanto, que hoy las tengo prendidas en lo más hondo de mi ser. La controversia del primer mundo y el ¿tercero o cuarto? Algunas veces pienso que no es ningún mundo ese que tienen algunas criaturas. También me quedé impactada con Mateo, el personaje que representa a un guardia civil que se debate entre todo lo que está viendo, sintiendo y su deber. La imágenes son de esas que si están los protagonistas metidos en el agua, te duele hasta el alma del frío que sientes, si están corriendo de sus perseguidores, te cansas con ellos y esas miradas, esos primeros planos que me dejaron cautivada. Pero quizá fue la escena final la que me dejó más, ¿cómo decirlo? Mejor vais a verla si no lo habéis hecho todavía, necesitamos realidades y no tonterías de las que nos hacen preocuparnos sin saber lo que tenemos, desperdiciando nuestro tiempo y no valorando nada. Nuestra vida es un regalo y nos pasamos la existencia suspirando por más o por algo que ni siquiera sabemos que es.
Bueno, ya lo he dicho. Necesitaba echarlo fuera.
Ficha de la película:
Tiene buena pinta... iré a verla.
ResponderEliminarMe fio de tu corazón.
Además, por lo que acabo de leer en la crítica, sale Melilla... allí pasé un año de mi vida.
Besos.
Creo que no te va a defraudar, merece la pena aunque duela tanto!!
EliminarBesicos muchos.
La tenía en la agenda para verla, pero dan tantas interesantes que la dejé en segundo plano, ahora sí que sí.
ResponderEliminarBesos.
Pues anímate Alfred. Es muy buena y esos ojos y primeros planos, son de diez.
EliminarBesicos muchos.
La realidad es cruenta sin dudas y sin ver esa película de la vida real dura e implacable que nos refregó a los ojos , una realidad sangrante, porque a veces la soberbia en que vivimos , porque tenemos un lugar más acorde a nuestras necesidades y criarnos ...que en eso nos imbuimos, dando lo mismo lo que pasa más allá...¿cuanto más hay que ver? ...el ser humano por naturaleza intrínseca es destructivo por eso del instinto de sobrevivencia que mas de las veces nos sujeta a nuestro propio acomodo de preexistir sin importar un carajo como vive el resto...
ResponderEliminarde lo que sucede por el mundo , la injusticia diaria , el descontrol ...si al menos no puedes dar una mano , al menos en un pensamiento de oración, de reflexión ...ponerse en ese lugar del otro, vernos por esos ojos no solo en alegría ,sino del dolor, en los ojos del sufriente...muchas veces he escribo sobre eso y me sorprende tantas veces que los mismos poetas sensibles aparentemente por lo que nos entraña el mundo y su existencia tan solo opinan "que bello escrito"...como para cumplir y pasar de largo rápidamente dejar de ver lo inevitable , este circulo de vida donde vamos todos inevitablemente a una paradoja sin vuelta atrás, porque tarde o temprano todo nos tocará a la puerta y entonces reconoceremos recién los ojos del dolor...
Un abrazo.
Maulen, tienes toda la razón. Miramos siempre para otro lado y apartamos al que sufre lo aparcamos, por eso hay que hacerles visibles, sea como sea, es nuestra obligación como hermanos que respiramos el mismo aire y de igual manera. Gracias por comentar.
EliminarBesicos muchos.