Después
de pasar tanto tiempo en casa, hoy que ya puedo salir a hacer la compra con
cierto desahogo, me he arreglado con esmero y me he pintado los ojos con mucho
empeño. Va a ser lo único visible del rostro y quiero dar buena impresión. La
verdad es que todavía acuso las ojeras (pero las he disimulado bastante bien) y
los muchos llantos que me he empapado yo solita. Él se fue el mismo día que
dijeron que declaraban el país en alarma y que, estaríamos 15 días en un
principio sin poder salir ni a un recado. Después se han convertido en dos
meses y medio y tan solo por su parte, he
recibido un vídeo llamada para decirme que estaba en casa de sus padres y que
no volvería conmigo, que ya lo estaba pensando y la distancia le ha reafirmado.
No quería seguir con nuestra relación, me dijo. Por eso, ya superados los
primeros momentos, los llantos con la
única compañía de la almohada que aún tenía su aroma, ya todo lavado y despejada mi mente, voy a ver
si me compro una lubina para hacerla con una patatitas de fondo y al horno, que
debo quitarme las chocolatinas que me he comido estos días. Por eso me estoy
arreglando a conciencia y voy a ir precisamente a la pescadería donde se ha
incorporado con su padre. Allí, estoy segura que estará su amigo Luís y
quedaremos para ir a dar una vuelta. Por supuesto que guardando las distancias.
Sé que le escocerá cuando le pregunte por la salud y vea tan solo mis ojos como
relucen (llevaré la más bonita mascarilla que me he confeccionado, entre llanto
y llanto) y no dejaré que se note lo que he pasado, pero al mismo tiempo podré
darle de su misma medicina. Después que resulte lo que sea (por supuesto que a
Luís no quiero hacerle daño ni utilizarlo en demasía. Él y yo nos entendemos
muy bien y sabemos apreciar los momentos bonitos de la vida y los dos, los
disfrutamos), pero hoy voy a ser un poco mala y no pasa de ahora, que tenga mi
primera cita en su misma pescadería.
#52RetosLiterup
Nani.
Mayo 2020
Pues me parece perfecto tu plan. :)
ResponderEliminarUn abrazo!
Bueno, a veces no queda otra, Quijo. Bienvenida a esta tu casa.
EliminarBesicos muchos.
Una venganza bien programada ;)
ResponderEliminarAbrazos.
Alfred, durante el confinamiento ha tenido tiempo de maquinar, no solo iba a ser llorar y hacer mascarillas.
EliminarBesicos muchos
Y Ojalá resulte bien, no se si el desquite mejore el sentimiento...pero ya se sabe hay que vivirlo para sentirlo...
ResponderEliminary me dieron ganas de comer un pez.
Abrazos.
Bueno Meulen, A los relatos les damos los giros que se nos ocurren. otra cosa es la realidad.
EliminarBesicos muchos.
La venganza es dulce, muy dulce. Saludos amiga.
ResponderEliminarSandra, la venganza a veces se nos vuele en contra. Dicen que lo sembramos recogemos, así que habrá que pensarlo bien.
EliminarBesicos muchos.
Eso no cambia ni con la pandemia...
ResponderEliminarQue se vengue bien.
Besos.
La condición humana parece que no cambia Xavi. Por mi tierra se dice que el que nace lechón se muere cochino.
EliminarBesicos muchos.