sábado, 5 de septiembre de 2020

BAJO LA HIGUERA




Foto de Dmitry Rogozhkin (https://www.instagram.com/r7dii/?hl=es)

Estoy como se dice en mi tierra, “echando la espuela” o lo que es igual a: “Disfrutar los últimos momentos de mis vacaciones”. Por las tardes cuando refresca un poquito, me encanta sentarme bajo la enorme higuera que hay frente a la puerta del antiguo y humilde cortijo de los abuelos. Está todo viejo pero no nos atrevemos a tocarlo, porque sabemos que se nos escaparán con los escombros, el fresquito que nos ofrecen los enormes muros y sobre todo, los bellos recuerdos de los felices veranos que vivimos todos los hermanos y primos por estos andurriales. Revueltos, correteando, chapoteando en el arroyo y comiendo frutas cogidas de los propios árboles, para terminar como verdaderos mocosos aptos para ser metidos debajo del chorro de agua, recién sacada del pozo. Como decía, sentado bajo la higuera me he puesto a mirar unos whatsapp que tenía por leer y el teléfono se habrá caído a consecuencia de ese duerme vela que entra a ciertas horas de sesteo y relax, contemplando lo que me rodea. El caso es que cuando he vuelto a estar consciente, lo he buscado y me he encontrado la pantalla encendida y sobre ella, un pequeño ser sentado sobre una hoja y pescando. Me he sorprendido pero no demasiado, porque el abuelo siempre decía que sus tierras eran sencillas pero dignas de reyes honrados, en donde se daban milagros y acontecimientos asombrosos (¡menudo milagro eran sus tomates!), así que aunque siempre escuchamos aquellas batallitas como si fueran chocheces del abuelo, en el fondo siempre esperábamos alguno de esos milagros o prodigios de los que se vanagloriaba. Tras reponerme del asombro del primer momento, le he preguntado que quién era y que hacía pescando en mi teléfono. Me ha contestado que pesca respuestas a todas esas preguntas que nos estamos haciendo los humanos en estos días de dificultades. Que el abuelo le encargó que viniera a ayudarme si en algún momento la vida se ponía difícil y que estaba pescando lo que necesito. Le he contestado que añoro luz y paz para el mundo. Me ha respondido que eso no está en su mano, sino en la mía y el resto de humanos. Le he vuelto a decir que no nos ponemos de acuerdo en nada y que solo brilla el ego, por encima de todo. Me ha vuelto a responder, que los habitantes de la Madre Tierra somos difíciles, pero que no es imposible llegar a acuerdos, que hay que empezar en el comedor de casa, en la puerta de entrada y más tarde, en el resto de movimientos y pensamientos que llevamos a cabo de forma individual.  Después, cuando he querido preguntarle si será posible que alguna vez seamos de verdad coherentes, ya tan solo había en mi pantalla un mensaje que decía: Mirad más vuestro interior, igual encontráis  más verdades, porque todas las tenéis vosotros, si las queréis aceptar”.
Y aquí estoy restregándome los ojos como si hubiera alucinado. Ahora sé que el abuelo no contaba batallitas, sino que nos enseñaba verdades como puños. Espero que el año que viene, pueda encontrar al menos resultados que ofrecer a esta higuera que me da sombra.

Nani. Septiembre 2020


16 comentarios:

  1. Muy bien, esperemos que así sea.

    Abrazos.

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  2. que bonitoooooooooooooo relato!!! A mi la higuera tambien me recuerda la quinta de mi abuelo! Maravillosas esas enseñanzas del tuyo...grandes verdades que con el paso de los años vamos descubriendo y sobre todo entendiendo ...el porque los mayores son sabios.. Hermoso tambien apreciar cada instante de esas vacaciones y sacar lo mejor de nosotros para disfrutarlas y observar nuestro interior... tomar fuerzas...que mas que nunca necesitamos! Besos!!!

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    1. Así es Eli, Cuando nos vamos haciendo grandes, entendemos a los grande seres que nos han precedido y como bien comentas, sacar lo bueno de lo vivido para conservarlo y aprender de todo lo que nos rodea. Muchas gracias por pasarte y comentar.
      Besicos muchos.

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  3. Que lindo texto tan lleno de ternura. Todo esta en nosotros, en nuestro interior, saludos amiga.

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    1. Me alegro que te guste Sandra. Como bien dices, todo está dentro de nosotros. Lo bueno y lo menos bueno también. Y de todo debemos aprender. Muchas gracias bonita.
      Besicos muchos.

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  4. Ojalá sea así Nani, falta nos hace.

    Besos.

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    1. Ojalá Conchi, porque tenemos que seguir viviendo!!
      Besicos muchos guapa.

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  5. El ego... y la envidia y mil cosas más.
    Ojalá algún día encontremos la paz.

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    1. Ojalá Xavi la encontremos, empezando por nosotros mismos.
      Besicos muchos.

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    1. Muchas gracias Frases bonitas!! Bienvenida!!
      Besicos muchos.

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  7. Hola me encanta tu historia, son de las que nos hace recordar la niñez el olor de la higuera, la sombra y las tertulias debajo de ella. Saludos

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    1. Tocaya, me encanta que te haya recordado tantas cosas. Bienvenida a esta tu casa.
      Besicos muchos.

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    1. Muchas gracias Margarita, eres un encanto!
      Besicos muchos.

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