viernes, 5 de febrero de 2021

LA VESPA

 



Foto cogida en la red, de la página de Facebook, de Mures (Jaén)

Mi tío Federico, iba todos los años a la recolección de la uva, a una ciudad de Francia, cerca de  la frontera española.  El año 1969 después de volver y con una parte de los ahorros que trajo, se compró una Vespa de segunda mano que le vendió el hijo de D. Nicanor el de la Cámara Agraria. Siempre dijo que la pudo pagar con facilidades ya que el chico que se la vendió, había sido compañero suyo en la escuela y le hizo el favor. Su coste ascendió a los ahorros de dos cosechas, pero valía el sacrificio, ya que mi tío la necesitaba durante el año. Debía ir a regar y sembrar las tierras del tío Pascual, su suegro y también las tierras de su abuelo y que más tarde heredaron tanto mi padre como mis tíos. Al final, no tuvieron mucho más de una fanega de olivos,  pero como entonces se decía, “menos daba una piedra” y la Vespa le ahorraba mucho camino y pérdida de tiempo. Desde que la tuvo, pudo ocuparse en el mismo día de varías tierras y el cansancio era menos. Los días que no tenía que ir al campo, los pequeños de la casa y los vecinos, todos nos apuntábamos a que nos diera un paseo. Estaba más solicitado que la vaca de la Carmela, que por cierto, un día me llevó a conocerla, a recoger la leche e incluso, fue la primera vez que hice un intento de ordeñar a la vaca ¡que era enorme y negra con una mancha blanca grande en la pata trasera, derecha.  

En las fiestas de la patrona, venía al pueblo un fotógrafo que nos inmortalizaba año tras año,  a todos los críos y como ese día el tío se lo tomaba festivo, todos los críos le ayudábamos a limpiarla y luego, tocaba foto. En mi caso casi no se me ve, pero como ves, estoy feliz. Era una ilusión subirnos en esa bonita Vespa y sobre todo, ir a ver la vaca de la Carmela, o a coger collejas, espárragos trigueros o espigas. El tío Federico era muy cariñoso y madre nos dejaba ir con él a cualquier lugar del campo. Por entonces, era la mejor aventura que podíamos tener.

Y para las madres era un momento bonito y un orgullo dejar inmortalizados a todos los hijos, sobre todo, con el más viajero del pueblo. El tío Federico era un hombre con mundo e incluso a veces saludaba diciendo: “Bonjour”.  Era un orgullo para el pueblo y sobre todo, para mi familia estar emparentado con él. Era nuestro héroe.


Nani. Febrero 2021

12 comentarios:

  1. Nani, me admiro de lo rápido que escribes.
    Un relato muy entrañable, por cierto me ha recordado a un tío de mi mujer, ya fallecido, siempre en su Derbi.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Ángel. Hay temporadas que las musas surgen y otras, que no tanto, jajajaj.
      Antes había muchas Vespas y Derbi. Era el medio de locomoción más actual y las distancias siempre más cercanas.
      Besicos muchos.

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  2. Un relato entrañable.
    Abrazos.

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  3. Muy bonita historia amiga, y linda foto. Saludos.

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  4. Todavía se venden Vespas.
    Yo tuve una, y bien tuneada.
    Qué buenos recuerdos.

    Besos.

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    1. Jajaja, menudo serías tú encima de una Vespa!!
      Besicos muchos.

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  5. Es precioso Nani, emotivo y entrañable.
    Todo lo que se recuerda cómo se escribe y más aún con tanto detalle, permanece.
    Gracias un besito.

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    1. Me alegro que te haya gustado, M. Lola.
      Besicos muchos.

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  6. Yo quiero un camión.
    Y dos milhojas para desayunar.

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    1. Raul, siento no tener ni el camión, ni las milhojas. Jajajaj.
      Besicos mucho bonito!!

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