Dispuesta
a pasar las vacaciones en la casita de la playa, he traído la farola que he
comprado en esos almacenes que recetan la forma de montar los muebles, el aloe
vera por si alguno de mis hijos se quema bajo el sol y por supuesto, a mi
querido Manolo, el loro que tanta compañía nos hace. ¡Bueno, nos hacía! Desde
que se escapó lo sustituí por el maniquí que tuve en la peluquería, pero en
cierto modo, sigue acompañándonos y, por si aparece ya tenemos su casita
disponible, todo será cuestión de aplicar el desahucio pertinente; somos gente
abierta.
Foto
de Olga Mayor
Nani.
Junio 2021
¡Felices vacaciones!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Alfred, pero para quienes las tengan, que aún no me toca!!
EliminarBesicos muchos.
jjajajajaja muy ocurrente Naniiiiii...como siempre!!!! Besossssss ...
ResponderEliminarMuchas gracias Ei, bonita. ¡Ya sabes, al mal tiempo buena cara!!
EliminarBesicos muchos.
Divertido amiga. Aveces nos llevamos cosas que a otros les parecerán raras pero necesarias para nosotros en las vacaciones. Saludo amiga.
ResponderEliminarCada cual tenemos nuestras manías, verdad?
EliminarMuchas gracias bonita.
Besicos muchos.
Manolo, si vuelve se muere del susto. Espero que no lleven la jaula a la playa.
ResponderEliminarNani, divertido relato.
Un beso.
Seguro que se muere, Ángel, jajajaja. Sería un poco friki ir con la jaula, verdad?
EliminarBesicos muchos.
Jejeee... qué ganas de vacaciones, por cierto!
ResponderEliminarNani, besos
Ya nos las vamos mereciendo, Milena!!
EliminarBesicos muchos.