Síncope,
Neurodegenerativas, Serenidad, Andad y Brillo.
Un
síncope, ─decía─ cuando sabíamos que era rabieta. Lo escuchó de pequeño
y se lo apropió.
Mala
educación y nada de enfermedades neurodegenerativas, sino caprichos para
llamar la atención hasta que se le vio el plumero.
Cuando
con la mayoría de edad quiso hacerse la víctima, con serenidad le cantó
las cuarenta y le dijo que se acabó vivir del cuento.
─Tu
novia y tú, ¡andad y buscad trabajo que ya es hora, toda la vida no vamos
a resolver tus caprichos!
Cuando
lo vio salir con la maleta, el brillo de su mirada y la esperanza, aplaudían
al unísono.
Nani.
Enero 2022