Hoy
último día laboral de la semana, hemos tenido reunión. Estamos terminando el
curso y decidimos comer juntos todos los maestros, para seguir a continuación,
ya que las evaluaciones las debemos terminar cambiando impresiones y todos, con
cierto acuerdo.
Estamos
agotados de este curso que, tras la pandemia ha sido tan loco en todos los
sentidos, que decir que estamos derrotados, es poco. Cansados de sacar punta a
los lápices, poner mascarillas, quitarlas y volverlas a poner, para volver a
quitarlas. Fichas y más fichas, video conferencias, mocos y mocosos, frío en
las clases y tantas cosas, que cuando nos hemos sentado a la mesa, se nos han
antojado a la mayoría, los platos llenos de virutas de lápices en el lugar de
los ricos tallarines que sirven en el restaurante al que hemos ido. A decir
verdad, las ganas de comer se nos han quitado a casi todos, por creernos de
nuevo en el aula.
Mariola
y Joaquín, están tan fatigados, que han caído fulminados sobres los platos y
roncan a moco tendido, pero lo que ya nos ha descolocado del todo, es que haya
caído sobre la ensalada, una maniquí que tienen en el balcón dando la
bienvenida a los comensales y que estaba justamente sobre nuestras cabezas. Da
la impresión que se hubiera roto la cuerda que la sujetaba y la pobre se ha
precipitado, cayendo sobre nuestra comida.
Pareciera
que hoy no es nuestro día y todos estos acontecimientos lo demuestran.
Necesitamos de unas merecidas vacaciones y olvidarnos por un tiempo, de los
lapiceros, fichas, notas y hasta de que somos maestros.
Por
lo que estamos comprobado, el curso va a terminar lo mismo de caótico como
empezó, a no ser que, en este preciso momento le demos la vuelta y, ¡por mis
narices, que se la vamos a dar!
Nani.
Junio 2022
La imagen es impactante, cuando ya leo el texto lo entiendo todo mejor. Estoy de acuerdo es un trabajo maravillosos, pero estresante a tope. Feliz fin de curso y a recargar pilas, para el nuevo. Besos.
ResponderEliminarUn poco surrealista, Campirela. Un trabajo que valoramos muy poquito. Desde luego que todos los maestros, necesitan este año recargar pilas a tope!!
EliminarBesicos muchos.
Estoy seguro que no sabría enfrentarme con una clase de fieras. Yo fui una.
ResponderEliminarUn beso.
Lo hice a menor escala y te aseguro que hay que tener madera.
EliminarBesicos muchos.
La labor de los maestros, no siempre valorada y reconocida. Un abrazo, Nani
ResponderEliminarAsí es Ángel y este curso ha sido muy movidito.
EliminarBesicos muchos.
Un trabajo maravilloso pero no reconocido como se debe. Feliz semana
ResponderEliminarChelo, nada reconocido y como dices, maravilloso.
EliminarMuchas gracias y feliz semana también para ti.
Besicos muchos.
Ni un día aguantaba yo dando clases.
ResponderEliminarBesos.
Como que hay que tener valor, jajajaj. Ayyy Xavi!!
EliminarBesicos muchos.
Hola, Nani, estoy casada con un maestro (ahora ya jubilado) y sé muy bien de la fatiga que nos narras en tu relato. La gente comenta muy a menudo sobre la suerte de las largas vacaciones de los maestros sin ser conscientes muchas veces del agotador trabajo que desempeñan. Lo has reflejado muy bien y con ese toque de humor tan acertado. Un beso.
ResponderEliminarLa gente habla demasiado, Juana. Hoy se han perdido valores y uno de ellos es el respeto y el valor del maestro. Y los niños hacen lo que escuchan en sus casas, por desgracia.
EliminarMe alegro que creas que lo he reflejado bien. Tengo dos hijos maestros.
Besicos muchos.
Bueno, veo que ha salido en anónimo. Soy Juana Mª Igarreta.
ResponderEliminarMe alegro que te hayas identificado, da pena no saber a quién agradecer los comentarios.
EliminarBesicos muchos.
Ahora a desconectar, a descansar, Nani. La labor del docente, siempre exigente, no es fácil de valorar como merece. En ellos está depositada parte importante de la educación de nuestros hijos, a lo que responde sin duda con toda su fe e ilusión dando lo mejor de sí mismo.
ResponderEliminarMe ha agradado tu texto, siempre manejado con unas gotitas de necesario humor.
Muchísimas gracias por l labor que realizáis, y en tu caso también por ser la persona maravillosa que eres.
Un abrazo.
Sobre todo los maestros, Teo. No soy docente, pero sí mis hijos y se como se los pasan sus carencias y como este año están!! Como bien dices, son tan importantes ya que dejamos en sus manos las vidas de nuestros pequeños y por desgracia, muy poco valorada.
EliminarMe alegra que hayas captado ese toque de humor surrealista, pero es que la ilustración, animaba.
Muchas gracias por tus bellas palabras.
Besicos muchos.
Precioso o teu texto Nani, como sempre!
ResponderEliminarA vida de professor deve ser verdadeiramente cativante. O teu relato, com um estilo muito próprio e descontraído, nos lembra como é importante saber ensinar com prazer e carinho!
Besicos muchos
Albino, muchas gracias por tus bellas palabras.
EliminarAl profesor le valoramos muy poquito y es una pena, porque sin ellos, nadie seríamos lo que somos y eso de entrada, deberíamos agradecerlo y valorarlo.
Besicos muchos.
¡Qué bueno!... Desde luego, el trabajo en las aulas durante la pandemia ha tenido que ser de locura todo.
ResponderEliminarBravo 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Conozco a varios maestros y todos se verían reflejados en este relato, Nani.
ResponderEliminarBesos.