He
pasado unos días en una localidad a la que me escapo siempre que puedo y
aprovecho para pasear y disfrutar del paisaje y el clima.
Como
todas las tardes, salgo a dar mi habitual recorrido a paso ligero, por las
afueras. Empezaba a avanzar la tarde y se aproximaba la puesta de sol, cuando
me llamó la atención una casa que se veía abandonada, con un gran jardín en la
entrada y que continuaba a la derecha de la vivienda. Empujé la verja y esta
cedió sin dificultad. Me adentré por el jardín interior. Olía a lilas y rosas.
Eran las primeras flores que asomaban a la luz, después de las continuas
lluvias del mes de abril. Este año se ha cumplido el refrán y en estos días,
todo florece con fuerza y llama tanto la atención como el jardín por el que me
adentro sin casi pensar. Hay como un túnel formado por el ramaje, arropado
además con árboles altos que dan sombra e invitan a adentrarse en todo lo que a
mi vista se ofrece. Como banda sonora, se escuchan las distintas aves que se resguardan
en las ramas, ya que el ocaso me roza la piel. Entre tanto trino, canto y
murmullo, creo distinguir el graznido de un pájaro que no acierto a distinguir
al principio y que me ha sacado del sopor que me invade, erizándome el vello
sin saber ciertamente el motivo. Es negro y grande, con una larga cola blanca,
que pareciera atraerme. Lo contemplo y él se deja contemplar. La confianza en
ambas miradas se percibe y casi con su beneplácito, continuo por el camino que
emprendí. Hay una diversidad de flores que nunca antes había visto y el aroma
es tan embaucador que casi me siento flotar. A la derecha, un banco de piedra me invita a
sentarme y disfrutar de tanta belleza junta.
Se que estoy invadiendo un recinto que no es el mío, pero ese pájaro me
ha tranquilizado si alguna inquietud me asaltó y ahora, estoy en el paraíso. De
pronto, escucho un murmullo. De entre las ramas, una señora ataviada como en
los tiempos de Maricastaña, de pelo largo, perlas al cuello y vestido muy
amplio en la falda, se me aproxima con una sonrisa suave y relajada, que me
atrapa y me embelesa. La miro extasiada y ella me dice: “Esta casa está abandonada
y solo tú te has atrevido a entrar. Cuando vuelvas en las vacaciones te estaré
esperando porque quiero proponerte un bello proyecto. Algunos que osaron entrar
y con no muy buenos propósitos, dijeron que vieron un fantasma, pero no lo soy,
sino la mismísima diosa griega Hestia. Te contaré mi vida que es larga y no muy
conocida, para que la difundas y todos sepan de mi admiración y cariño por los
asnos y mi devoción por el fuego y el hogar”.
Desapareció,
me restregué los ojos y creí haber soñado, pero la pluma y la flor que tenía en
las manos, me demostró que no estaba en otra onda, lo que me convenció a volver
con tiempo y con mucha tranquilidad.
https://www.mitosclasicos.com/la-diosa-hestia
Nani.
Junio 2022
Solo a las perdonas elehidas se les presentan oportunidades y situaciones únicas y ellas saben aprovecharlas. Un abrazo, Nani
ResponderEliminarÁngel, siempre haces de tu comentario un nuevo relato. Eres único!!
EliminarBesicos muchos.
Todo un privilegio ser la elegida para admirar tanta belleza...Me encantan los relatos con magia . Una feliz noche.
ResponderEliminarDe vez en cuando, un cuento de hadas no viene mal, Campirela!!
EliminarBesicos muchos.
Me llevaste de la mano por la casa
ResponderEliminarCasi seti a la mujer del collar hablarte
mirándote a los ojos
Y me quedé en silencio despues de leerte
Con gran asombro
beso
Mucha, me alegro que haya sido así!!
EliminarBesicos muchos.
Cuenta, cuenta...
ResponderEliminarAbrazos.
Alfred, a ver si llegan las vacaciones!!
EliminarBesicos muchos.
Ha sido una delicia pasear por este jardín acompañado de tus palabras.
ResponderEliminarBesos.
Xavi, me alegro que te haya acompañado y gustado. Es un placer. Todo no va a ser mustio, no te parece?
EliminarBesicos muchos.
Estupendo, encontrarse con una diosa....:) ¡Buen miércoles!
ResponderEliminarEs una experiencia particular, Inma.
EliminarBesicos muchos.
Biógrafa de nada más y nada menos que de una diosa y contada por ella misma. Éxito asegurado en ventas y una experiencia "religiosa" contactar en ese maravilloso jardín.
ResponderEliminarFantástico relato, Nani 👏🏼👏🏼👏🏼😍
Galilea, Experiencia religiosa, jajajaja.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Besicos muchos.
Me has llevado de paseo por un inolvidable momento para nada fácil de narrar... Te felicito una vez más.
ResponderEliminarMe alegro que lo hayas disfrutado, Carlos.
EliminarBesicos muchos.
Una delicia leerte, Nani Posees una escritura deliciosa, sensible y clara cuentes lo que cuentes. Nunca decepcionas y tu humanidad y calidez se abren con cada punto y aparte para seguir enamorándonos con tus letras.
ResponderEliminarGracias, amiga.
Siempre el placer es mío, al recibir tus comentarios. Agradecida siempre.
EliminarBesicos muchos.
Nani, nos dejas una bella narración, que nos lleva a los tiempos de cuentos de hadas y duendes. Una preciosura que hemos disfrutado contigo. Cerca de nosotros hay otros mundos, que a veces pasan desapercibidos y están ahí esperando que les mostremos atención.
ResponderEliminarTe dejo mi abrazo agradecido, amiga.
Precioso, Nani.
ResponderEliminarMe has llevado a ese jardín y he sentido la paz, los aromas... todo.
Hestia sabe a quien legar su historia :)
Besos.