Foto ofrecida por Bienve Fajardo López
Esta
mañana hablaba con mi madre de hacer sábado en la casa y esta me contestaba que
a ella le estaba tocando hacerlo en su interior, ya que había demasiadas
telarañas que le impedían respirar con dulzura y que no tenía edad para
demorarlo.
Desde
que comenzó la guerra de Ucrania, le vienen a la memoria demasiadas secuelas de
la guerra que vivieron sus padres y de esa posguerra que padeció ella, escociendo
más de la cuenta.
Mientras
hablábamos de dichos recuerdos, mi hija pequeña nos debió escuchar hablar de
lavar, sacudir telarañas y metáforas que del todo no debió entender, pero a su
manera, quiso seguirnos con la limpieza. Cuando quise darme cuenta, tenía lavados
y tendidos todos sus peluches.
Al
preguntarle a qué se debía tal trabajo, me contestó que no quería que sus
muñecos tuvieran telarañas que le impidieran respirar como a la abuela. También
me aseguró que los sábados haría limpieza en su habitación, para que todo
oliera bien y se respirara mejor. Dice, que no quiere que se entristezcan como
su abuela, ni que le salgan arrugas y arañas por dentro.
Nani.
Agosto 2022
Los niños siempre sorprendiendo.
ResponderEliminarAbrazos.
A mí me dejan patidifusa, Alfred!!
EliminarBesicos muchos.
Ternura pura desde la imagen hasta la última letra.
ResponderEliminarAbrazo hasta vos.
Carlos, me alegra que te llegue y así te parezca!!
EliminarBesicos muchos.
Que niña más curiosa y ordenada.
ResponderEliminarUna historia de mucha actualidad, qué nos quedará por ver.
Besos.
Sí Ángel, algunas niñas son sorprendentes!!
Eliminar¿Qué nos quedará que ver? Ufff, mejor disfrutemos el día a día, si es posible.
Besicos muchos.
Las telarañas asfixian los recuerdos y amargan el presente, es bueno tener esos sábados de limpieza para obtener paz y un mejor sabor de vida. Te encontré en el blog de María de Jesús y me llamo la atención el nombre de tu blog. A sido un gusto visitarlo. Por estos días entro poco a mi blog y a visitar los de ustedes por problemas en casa, espero pronto tener mas tiempo para hacerlo. Saludos que estés bien.
ResponderEliminarBienvenida a esta tu casa, Azulgenia.
EliminarEsas telarañas que necesitan un plumero a cada instante, para no descuidarnos.
El nombre del blog es en homenaje al poeta granadino Luis Rosales y el libro del mismo nombre.
Ven cuando quieras, que por aquí andamos . Espero que esos problemas sean pasajeros.
Besicos muchos.
A imagem é de uma ternura imensa e as palavras que deixas são muito oportunas e actuais...
ResponderEliminarBesicos muchos, Nani.
Albino, me alegro que así te lo parezca en contenido e ilustración.
EliminarBesicos muchos.
Ternura que llega al corazón.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Al título se le cayó una "O".
Xavi, me alegro mucho!!
EliminarNo me di cuenta de esa caída de hoja, digo de la vocal. Solucionado, muchas gracias. A veces no se puede estar en el torno y en las monjas, que es lo mismo que haciendo un estofado y escribiendo un relato. Unas veces se quema el potaje y otras dejamos pelado el árbol.
Besicos muchos,
Los niños siempre interpretan todo sorprendentemente. Son maravillosos.
ResponderEliminarBesos
Los niños son la alegría d ela vida Tatiana, por eso mismo, deberíamos mira más por lo que le vamos a dejar.
EliminarBesicos muchos.
Pura ternura, Nani, desde la abuela a la niña.
ResponderEliminarLa vida y sus telarañas. Inevitable algunas, hasta que caen.
Besos, preciosura.
Verónica, me alegro que te llegue. La vida a veces hay que sacudirla, que se enrancia y se pone pocha.
EliminarBesicos muchos.
Muy emotivo, muy lindo, muy tierno y duro a la vez. Besos
ResponderEliminarInma, como a veces la vida, no?
EliminarBesicos muchos.
¡Cuánta ternura! Hermosa inocencia.
ResponderEliminarLimpiar las telarañas del interior requiere su tiempo.
Me encanta, Nani. 😘