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Me
vendrían bien unos buñuelos bien rellenitos.
Están riquísimos tal cual, pero con una buena crema pastelera o una
mousse de limón, para derretirse.
Es
como la vida cuando la acompañamos de respeto, educación y sonrisas.
O
como el amor cuando se cuida, dicen que se marchita como las flores sin agua.
Pero
hay buñuelos que son como el engrudo que se atraganta en el esófago cuando ni
bajan, ni suben y se quedan pegados como las garrapatas, o como las personas
nocivas que, en lugar de hacernos bien, nos roban las energías y nos envenenan
como si fueran vampiros.
Nani.
Abril 2023