No
sé de qué os sorprendéis, creo que no es tan raro. Después de jubilarme me
quedó una paga ínfima. Fui artesano casi toda mi vida en una fábrica, dónde mis
jefes no pagaron mi seguridad social. Confié en ellos ya que desde niño estuve
con ellos y no creí nunca que eso pasaría, confiaba en ellos, fue mi padre
quién me ingresó en dicho trabajo y casi lo sustituí. Ahora debo ganarme un
sueldo que complemente mi paga, ya que debo pagar las medicinas de mi esposa
aquejada de una demencia y no encontré otro complemento que el de ser uno más en
las atracciones del parque y en mi caso me tocó ser Minnie. Hay días que me
canso y en los respiros me fumo un cigarrillo. Ya solo compro tabaco para
cuando me siento muy estresado, atrapado en la cabeza del personaje. Entonces
me quito este espantajo con cara de ratona feliz en un lugar apartado y respiro
un poco. Sí, es verdad que el humo es aire contaminado, pero me relaja y un
paquete me dura un mes, así que no desperdicio mi dinero, el tabaco vale una
fortuna y tengo que dosificarlo. Sí, quizá deterioro algo mi salud, pero como es
de tarde en tarde, tampoco creo me perjudique demasiado a estas alturas de mi
vida. A veces, hasta apago el pitillo a la mitad y guardo el resto para otro
momento. No es lo mismo, pero a mí me vale. Sobre todo, el día que vienen
padres con hijos a los que no hacen caso, me dan ganas de meterles un cohete
por el culo (a los padres), los chiquillos no son dignos a veces de esos padres
que tienen, ni nada de lo que hoy en día vemos en las guerras que nos
retransmiten en directo últimamente. Los niños no se merecen nada que no sea
felicidad y menos, lo que mayores de poder le dan y los demás a veces contribuimos
sin ser del todo conscientes. Por esos niños, cuando estoy agobiado dentro de
Minie, me digo que debo aguantar. Si consigo una sonrisa de los que por aquí se
dejan caer, pienso que algo consigo por los críos. No, por los de esas guerras
no. Esos pobrecitos lo que obtienen son muerte y soledad. Es indignante pero ahí
sí que no llego. Me conformo con poco y
bueno, también merece la pena cuando llego a casa y mi Manuela me recibe con
aplausos como si fuera una niña de cinco años. Luego me recompensa saber que
cuando le propongo jugar a las casitas y ponernos un delantal cada uno para preparar
la cena, ella asiente gustosa y me ayuda a pelar las patatas para hacer una
jugosa tortilla. No puedo hacer otra cosa ni por mi Manuela, ni por aquellos
niños y si como digo, hago sonreír o reflexionar a uno de los que por el parque
asoman, ya me doy por satisfecho, por mucho que me pese esta cabeza de ratona y
pase calor con este vestido tan pomposo, pero bueno, también abriga en invierno
así que no voy a quejarme más. La vida es un fandango y el que no lo baila, al
menos que lo cante como ahora hago.
Nani,
diciembre 2023
Jajajá, me encanta esa frase final, asi es hay que bailar según venga el temporal.
ResponderEliminarComienzo por el final porque el tema que has tratado es emotivo total. Toda una vida trabajando para que después tengas que seguir trabajando, como este buen hombre para comprar las medicinas de su mujer. Es triste, sí, pero la labor que ejerce es de hacer sonreír a los más pequeños.
Un relato que emotiva y mucho y si te quedas con la moraleja mucho más. Un besote Nani.
Inteligencia emocional.
ResponderEliminarEse hombre es inmensamente rico en sabiduría.
Besos.
No se puede confiar en los jefes aunque los conozcas de toda la vida, de vez en cuando hay que pasar por las oficinas de la Seguridad Social para ver como tienes las cosas. Lo feliz que se siente este señor haciendo de Mini y con lo contenta que lo recibe su esposa lo recompensa todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Increíble el relato tan emotivo y certero que conjuga genial con la conmovedora foto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso relato que nos mostra que o mundo poderá ser muito melhor se todos dermos as mãos com verdadeira amizade! Gostei muito Nani.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Es un buen hombre y ejerce como tal, una rara avis en vías de extinción.
ResponderEliminarAbrazos.
Hay imágenes que son literatura.
ResponderEliminarLa historia que nos cuentas es toda una reflexión. Hay gente que se ha visto en estas.
Qué buena persona tu personaje. Merece que le vaya rebien.
Besos, Nani.
Lo que nos dan, de alguna forma nos lo quitan. Este hombre de tu relato no tiene precio para pagar lo que hace. Excelente relato y muy real.
ResponderEliminarOs he tenido abandonados y no os lo merecéis, discúlpame, pero la ausencia de Mily me ha robado el encanto y el interés. Poco a poco el tiempo se encarga de hacerme la ausencia menos dolorosa.
Un beso Nani.
Asi nos toca a muchos, pero sin necesidad de un disfraz debemos actuar ante los demas sin olvidar nuestros propios problemas, bendiciones para quienes con mucho esfuerzo lo logran, saludos cordiales desde mi querida Guatemala.
ResponderEliminarHombres de los que ya no hay...
ResponderEliminarAbrazo hasta vos, Nani, que como vos ya casi que tampoco...
Genial y muy emotivo ❤❤👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
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