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Se llama Juan, como papá. Tiene las manos de mamá y el temperamento del abuelo, pero la vena artística es propia, sobre todo cuando a sus victimas les deja su impronta en esa mueca rígida del rostro, entre miedo, sorpresa y espanto. Nadie imaginó que superaría el arte familiar.
GENÉTICA
Se
llama Juan, como papá. Se
le parece hasta en la forma de mirar. Repite las mismas palabras e intenta que
lo acompañe a los mismos lugares, solo que a él lo empujo y salgo corriendo.
De
papá no puedo escapar, sobre todo cuando estoy dormida y me toca, porque me
paraliza el miedo. Me ha prohibido contárselo a mami, porque dice que si lo
hago no se le curará la pupa que tiene desde que nací y que mi silencio la
curará.
Nani,
enero 2024
Esa genética es dura de pelar y admitir.
ResponderEliminarBuenos textos, aunque en ellos veamos reflejado la maldad de las personas.
Un besote, feliz noche.
Cuando la genética es dominante...
ResponderEliminarEs tarde, ya de madrugada, pero el sueño no llega y tú me has hecho pensar.
Cariños.
Kasioles
Qué terrible historia de abusos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tremendo... Rompe por dentro. Precisamente estoy leyendo "Tan poca vida" Hanya Yanagihara... y es tan duro que más de una vez me pasa que lo leo entre lágrimas.
ResponderEliminarEn tu micro... has captado todo su terrible significado.
👏👏
Ufff, que terrible nani. Historias así muchas. Feliz día amiga. Un beso
ResponderEliminarLos dos son muy duros pero el segundo mucho más.
ResponderEliminarBesos.
Artesanos del horror.
ResponderEliminarAmbos son tremendos. Te mueven por dentro.
Abrazo, Nani.
Beautiful blog
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