Y
mucha, muchísima mala hostia la
que mostró y quise ignorar.
Caminaba
despacio intentando dejar mi ira por el camino, no había sido el que causó el
incidente y se me culpaba.
Solo
crucé la calzada y por el paso de peatones, pero el coche se me vino encima y
si no soy empujado por una mano buena, hoy ni estaría teniendo estos
pensamientos. Está claro que el punto de vista siempre es distinto, pero infinidad
de veces no es el verdadero, sino el que a unos les interesa. Los escrúpulos no
todos son iguales, ni se nos juzga con el mismo rasero.
Nani,
julio 2024