Él
finge que no le importa como le enseñaron debía hacer, pero la procesión va por
dentro, así como la imagen de la catana que va a usar para liquidar el
problema. De esta manera pasará página, de otra manera nunca. Y seguramente, en
adelante la luz la verá tras alguna reja, pero ya lo ha decidido. Es lo que
tienen “los tabúes, los por si acaso y el qué dirán”, se enquistan y
desencadenan el síndrome que padece.
Nani,
marzo 2025