Esa
noche saldrían a cenar un bocadillo de calamares, y después volverían a su lado llevándole
otro calentito.
Los
médicos les dieron permiso para que esa noche no cenara la dieta que todos los
días le suelen servir.
Sería
unos de los últimos caprichos que se permitiera antes de su partida. Ya daba lo
mismo si era ese día o al siguiente y al menos, lo haría con buen sabor de boca
y una sonrisa.
HOY
SALIMOS
Esa
noche saldrían a cenar un bocadillo de calamares. Con el tiempo las cosas habían cambiado
y se preguntaban cuánto tiempo hacía que esa bonita costumbre la perdieron.
¿Fue el alquiler, los bajos sueldos o el tiempo que tampoco estiraba y las
noches se dedicaban a acallar los llantos y cantar canciones infantiles?
Muchos
hábitos cambiaron, pero la ilusión era la misma y ahora mientras se colocaban
sus ropas de fiesta algo anticuadas, un brillo nuevo brotaba en sus miradas.
Nani,
mayo 2025