Hoy
he visto como me mira la montaña que tengo frente a casa. La veo tan cerquita
que a veces incluso la escucho y sé que no solo me mira, sino que nos mira y me
habla a diario.
Me
dice que está muy desolada por el poco cuidado que ponemos en nuestra
naturaleza. Que no soporta como ennegrecen las montañas y los bosques debido a
los fuegos que ha habido este verano recién terminado. También me cuenta que
los arroyos y los ríos están llenos de basura y que, con las primeras lluvias,
donde las haya, se llenaran de cenizas y se contaminaran aún más, que se están
extinguiendo muchos animales porque no tienen donde comer e incluso descansar
como se merecen. Que todo es una cadena y si fallamos en un lugar o situación, todo
repercute en otra zona donde puede faltar el agua o cualquier elemento que
altera el ecosistema local y por extensión, al terrestre, fluvial, marino y,
por ende, a todos los seres vivos.
Por
cierto, creo que soy un ser vivo, también mi hijo, mi vecino, el primo que vive
en otra ciudad y las personas que malviven en los lugares de guerra. Por eso la
montaña está triste, como yo lo estoy. Todo está repercutiendo y esa cadena que
somos todos, está muy resentida y por mucho que la montaña o la naturaleza nos
esté avisando, nosotros estamos sordos y ciegos.
Nani,
septiembre 2025
Tristeza absoluta, eso es lo que hay.
ResponderEliminarBesos.
Algún árbol por aquí piensa como tu montaña.
ResponderEliminarTomemos conciencia, cuidemos la naturaleza, todo es una cadena, efectivamente...
Besicos, Nani, me encantó leerte.