Imagen
del fotógrafo londinense Josh Edgoose.
Estoy
perdiendo la inocencia y la magia se me escapa de las manos, como si quisiera
retener un puñado de agua. Todo se escapa por entre mis falanges y tan solo
consigo retener una ínfima humedad de lo que fue y ya no está, y para colmo,
hoy he visto a Papa Noel bastante borracho y caído en el suelo. He querido
ayudarlo y me ha gritado de una manera un poco grosera. Me ha dado miedo su
mirada vidriosa y enrojecida y sus palabras apenas si se entendían. Me ha
parecido escuchar que estaba cansado de hacer una parodia cada año. Que la
inocencia se había perdido (parece que le pasa como a mí) y que solo había
luces que anunciaban objetos. Que la humanidad, el afecto, las miradas
sencillas y tantas cosas que le hacían seguir adelante, se han cambiado por
codicia, posesión, ego y eso le está destruyendo. Que ha querido llegar hasta
el lugar donde los Reyes Magos tienen sus talleres y una avalancha de
energúmenos disfrazados de representantes del pueblo se lo han impedido. Todo
el mundo ha pasado casi por encima de él y lo han dejado tirado con desprecio.
Me
ha dado pena verlo tan derrotado y le he ayudado a incorporarse. Nos hemos
sentado en el banco que había casi a nuestro lado. He pasado un rato con él y
me ha dicho que últimamente le han obligado a hacer lo contrario a lo que
siempre hizo. Me dice que fingir esa voz tan manida: “Jooooo”, le horroriza,
así como esa campanilla que debe tocar a la puerta de algún comercio. Lo han
confundido con los que hacen propaganda por una miseria de dinero y lo han
acorralado, lo han empujado, se han reído de él y sin pensarlo me lo he llevado
a casa. Lo he dejado en el sofá descansando mientras he ido a la cocina a
prepararle un caldo caliente. Cuando he vuelto ya no estaba. Sobre la mesa ha
dejado una nota en la que me dice: Me has devuelto la magia de la Navidad. Quise
ver de cerca lo que se contaba y la experiencia me ha mostrado que todo no está
perdido. Me vuelvo a buscar mi identidad. Desde ahora en adelante todo será
distinto y voy a proponer a los Reyes Magos hacer una cooperativa para que
trabajemos unidos. Los niños y la gente buena merecen la pena y sé que las hay.
Todos tenemos momentos bajos, pero siempre hay una luz en el horizonte que nos
enseña de nuevo el camino, ─terminaba la nota.
Nani,
diciembre 2025

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