Imagen recogida de la red
Aquel ser diminuto que
golpeaba la lente desde el otro lado lo
hacía para que observara lo verdaderamente importante. Por eso pude saber qué
era lo que me convenía, como separar una molécula de una bacteria y sobre todo,
fue quién me hizo ver claro qué debía estudiar y cual era mi futuro. Ese ser
que aparentemente era insignificante, fue mi padre y mi insignia.
Nani. Junio 2015
Me gustó, gracias por compartir.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Eso es estar bien asesorada. Y con éxito.
ResponderEliminarNani, un abrazo.
un texto muy inteligente
ResponderEliminarcon alma en las letras
un texto muy inteligente
ResponderEliminarcon alma en las letras
Un relato que me parezca hasta personal. U n micro que nos habla de la admiración hacía los padres. Revisa alguna tilde que se han caído, creo.
ResponderEliminarTal vez no todos los días es un buen día. Pero siempre hay algo bueno en cada día.
ResponderEliminarDicen que lo esencial es invisible a los ojos.
ResponderEliminarEn este caso no es así exactamente pero algo de eso hay también.
Besos.