lunes, 16 de noviembre de 2015

NOCHE DE REYES



Vuelven a dejarlos debajo de sus camas relucientes e impecables.
Cuando a otra mañana se levantan y se los quieren colocar, la sorpresa es la que se repite últimamente. Dentro del izquierdo encuentran la misma bolsa de caramelos de los últimos años. En el derecho un muñeco que otras veces vieron en las tiendas de los chinos, pequeño y envuelto en celofán.
Los tres se miran, callan y se restriegan con el revés de la mano las lágrimas que se han escapado.


ABDUCCIÓN

Vuelven a dejarlos debajo de sus camas con cuidado y procurando que no se despierten. Se meten en ambos lechos y esperan a ver si hay algún movimiento. Se acurrucan y como todas las noches, rezan para que no se despierten. No desean que sigilosamente vuelvan a salir y acaben engullendo al pequeño que les queda. Tienen mucho miedo, pero quedó claro que no les quedaba otro remedio cuando aparecieron en el jardín de casa, violentos y arrasando todo lo que tocaban. Son los únicos que quedan en el pueblo y no saben por cuanto tiempo.

Nani. Noviembre 2015 

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