Cuando se acercó a cerrar la ventana,
tropezó con el guante que creyó haber extraviado en el recorrido por el museo
de artes decorativas. La felicidad que le ocasionó el hallazgo fue máxima, ya
que dicha prenda había pertenecido a su abuela y siempre le atribuía un halo de
buena suerte y misterio al mismo tiempo. Aun
pareciendo superstición era algo que no podía evitar. Salir a la calle
sin llevar esa prenda resultó ser algo ya impensable, tanto si era invierno
como época estival. Sabía que era diseño propio y sobre todo, sentirse dentro
de esa piel o llevarlos cerca, era como notar la caricia de la persona que más
amó de niña. Nunca creyó hacer mal a nadie si con ello se sentía protegida.
Nani. Febrero 2018
Hay objetos que conectan eternamente con alguna persona.
ResponderEliminarRecuerdo una bufanda que me regaló una tía mía, esa bufanda tenía una conexión mágica con ella.
Besos.
Y seguro Toro que esa bufanda es tan especial que guarda un lugar precioso en tu vida.
EliminarBesicos muchos.
Es curioso que hay cosas que no sólo nos traen recuerdos, sino que también nos traen sensaciones ya vividas que gustan, quizás sea ese binomio el que nos reconforta cuando poseemos algo de un ser querido. Mi suegro me regaló un ejemplar del Quijote que guardo como si de un tesoro se tratara, de hecho para mí es un tesoro.
ResponderEliminarAsí es Jorge. Ya imagino el valor que tiene para ti ese Quijote. Nos rodean tantas cosas bonitas en la vida que es imposible ignorarles y apartarlas.
EliminarBesicos muchos.