lunes, 19 de marzo de 2018

TREBLINKA





En la antigua estación de tren abandonada y entre sus viejas vías, encontré un día el lamento de una niña que se perdió entre el gentío que la SS iba apilando en los vagones, para llevarlos al crematorio de Treblinka. Más tarde y cuando volví en otra ocasión no solo escuché a la niña, sino el dolor de los padres y el de tantas familias hechas añicos por unos fanáticos que hoy están resurgiendo de esas mismas cenizas, como si no hubiera sido suficiente con lo que ocurrió en aquellos terribles días. No saben por desgracia que siempre estarán esas vías, esos edificios y ruinas o esa atmósfera que es la que recuerda el dolor de una historia demasiado lamentable que puede volverse en contra de todo ser viviente.
Nani. Marzo 2019

Imágenes obtenidas de la red