Era
nuestro sueño, nuestra vida al salir de casa por vez primera y subir a aquel
destartalado autobús con grietas en el techo, que cuando llovía había que abrir
el paraguas para no llegar empapados al instituto.
Entrábamos
a unas clases heladas, pero con el calor humano que suplía todo. Nos enseñaron
sobre todo a conocer lo necesario, para luego seguir una carrera si tenías beca
o bien, aprender un oficio, buscar esa quimera. Entendimos que afuera estaba la
vida.
Habiendo
cumplido con mi deber siempre, hoy me jubilo y me siento estafado, me cuentan
que mi vejez es incierta.
Nani.
Abril 2018
Cuánto dolor hay en ese sentimiento de estafa... años y años cumpliendo a rajatabla sus obligaciones para que luego te traten como un trasto viejo... qué pena...
ResponderEliminarBesos.
Todo incierto y mucho dolor. Ojalá nuestros políticos se den cuenta.
EliminarBesicos muchos.
Asi pasa a muchos ciudadanos en el mundo....y que triste realidad.....saludos
ResponderEliminarDemasiado triste esta realidad Sandra. Gracias por comentar.
EliminarBesicos muchos.
Cuánta tristeza rezuman tus letras, Nani. Y si a eso le añadimos que muchos cuando lo seamos no cobraremos ni pensión, pues eso...
ResponderEliminarUn besote, querida Nani
Si Rosy, tristeza y como bien dices, muchos ni pensión ni nada, después de haber estado desde niños al pie del cañón.
EliminarBesicos muchos.