La
tarde comenzaba a asomar. Yo caminaba por la viejas calles adoquinadas, las
estrechas aceras cubiertas de sillas de enea y en ellas, las madres sentadas
mientras vigilaban a sus pequeños que jugaban a las canicas, a los cromos o las
chinas y entre tanto, alguno más mayorcito arrastraba un aro de hierro con un
artilugio del mismo material, que lo empujaba hacía adelante y lo mantenía
erguido, rodando de extremo a extremo de la calle, hasta que se le atravesaba
un pequeño diablillo saliendo como un
loco de los ultramarinos, o de la taberna donde vivían y todo se iba al traste,
a veces sin querer y las más, queriendo. El hijo del farmacéutico intentaba
cruzar al otro extremo, con su bicicleta de último modelo y una cestita
delante del manillar, para colocar los ungüentos y medicamentos que iba dejando
en casa de los parroquianos y así iba pasando esa vida que yo, mientras me
recreaba, dejaba retenida en mis globos oculares y después, en aquella Kodak que
compré con miles de fatigas y que me hizo en cierta manera, conocido. Capté muchos momentos, muchas situaciones e incluso, momentos muy importantes de nuestra época. Unos tristes, otros muy alegres y sobre todo, muy significativos en aquellos días. Hoy, ya
soy muy viejo para salir a la calle y volver a caminar como entonces. Ahora hay
demasiados coches, no se escucha algarabía de chiquillería, ni a las madres
gritando para que no se alejen o no hagan demasiado el burro, porque lo hacían o
lo hicimos y la verdad, es que se disfrutaba siempre al aire libre y
gamberreando a nuestro modo.
¡Cuando
vengo a vuestras casas y os miro, me da la impresión que no sois lo felices que
fuimos nosotros a pesar de no haber tenido nada. Una lata, un aro, una caja y
cuatro chinas, eran nuestros juguetes y reíamos a carcajada limpia, aunque tú
que me escuchas querido nieto, no te lo creas! ¡Pero igual me equivoco, verdad
es que son otros tiempos y aquellos eran los míos y estos son los vuestros!
Nani.
Marzo 2019
Eran otros tiempos.
ResponderEliminarBesos.
Sí Alfred, eran otros tiempos. Los de cada cual.
EliminarBesicos muchos.
La felicidad no es sinónimo de abundancia, se puede tener escasez, y ser feliz.
ResponderEliminarLos tiempos cambian y nosotros también a muy pesar nuestro.
Me ha gustado esta batallita.
Feliz noche nani.
Un abrazo y feliz noche
Carmen, tener cosas no es suficiente, solo son cosas y lo importante es lo que se agarra a las entrañas y hace feliz, creo!! Muchas gracias por comentar.
EliminarBesicos muchos.
En nuestra infancia jugábamos mucho con la imaginación... ahora no, ahora las pantallitas lo hacen todo y los niños aprietan botones.
ResponderEliminarBesos.
Ojalá a los que nos van llegando y tenemos cerca, sepamos hacerles entender que la imaginación, es la que vale y no las cosas. Lo de dar a los botones me aterra, poeta.
EliminarBesicos muchos.
Triste ver que el tiempo avanza y añoramos aquellos tiempos....Un texto que me hace recordar mi niñez....saludos amiga.
ResponderEliminarSandra, nuestros tiempos siempre los añoramos porque fueron los nuestros. Lo que pido a la vida es que también sean los propios, de todos los que ahora tienen tiempo de jugar o de ir forjado sus vidas.
EliminarBesicos muchos.