Nos dejaron sin
magdalenas y sin flan
de vainilla durante una semana. MI hermana y yo decidimos ir a casa de Juanito
y le llevamos todo lo que pudimos coger en la despensa de mami. Agarramos el
carrito de la compra, lo llenamos y nos fuimos. Cuando volvimos nuestros padres
esperaban. Nos mandaron a dormir sin cenar. Después nos llevaron un vaso de
leche. A otro día les escuchamos contar a los abuelos ¡sin querer, aunque
estábamos escondidos tras el sillón!, que lloraron de emoción pensando que no
lo estaban haciendo tan mal.
UNIFORME NO SIEMPRE
QUIERE DECIR IGUALDAD
Nos dejaron sin
magdalenas a la hora
del desayuno. Dijeron que ellas eran niñas de pago y nosotras no, así que
nosotras comeríamos un joyito de pan con aceite. En aquel internado no todo era
lo mismo. Ellas llevaban uniforme planchado con tablones y nosotras babis. Lo
bueno de aquellas imposiciones es que en clase todas llevábamos el babi
(algunas para no ensuciarse) y cada una, nuestra inteligencia que a veces en
las cabecitas de las de pago, brillaba por su ausencia.
UNA PARA TI Y A VECES,
OTRA TAMBIÉN
Nos
dejaron sin magdalenas pero no nos importó. Aquellos niños tenían hambre y
nunca un dulce. A nosotros a veces se nos quedaban duras en la despensa,
por eso cuando nos dijeron que deberíamos compartir, pensamos que por una vez
las cosas podían ser un poco justas. Los mayores lo quieren todo y no ven que
tanto ellos como nosotros somos personas y ni notan, la tristeza en algunas
miradas.
CHEF DE EVENTOS
Nos dejaron sin
magdalenas pero me
alegro, ¡que se las coman y les dé una colitis y se vayan por el váter, por ser
ellos tan agonías! Como me suponía lo que pasaría, a la vez del polvo de
hornear y en lugar del aceite vegetal he puesto de ricino. Ellos matan a todos
los más vulnerables y los dejan que se mueran de hambre, ahogados o detrás de
unos alambres oxidados; si les toca a ellos ahora, no estaría mal. No pretendo
que se mueran, pero sí que sientan la agonía de sus víctimas alguna vez en sus
vidas.
Nani.
Octubre 2019
Muy reivindicativo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Inevitable Alfred, cuando arde la algo por dentro.
EliminarBesicos muchos.
Todos los relatos preciosos pero me gusto mas el tercero. Saludos amiga.
ResponderEliminarGracias amiga, te agradezco tu lectura.
EliminarBesicos muchos.
Los tres micros me han gustado, especialmente el segundo, siempre ha mandado el dinero, y el poder de la familia bien acomodada. Todas con uniforme, pero no de la misma forma tratadas. Feliz marte nani.
ResponderEliminarUn beso amiga.
Rectifico quise decir el primero...
EliminarLas injusticias y el poder que a veces nos creemos que está en el poder adquisitivo. Tanto tienes, tanto vales.
EliminarBesicos muchos.
Un caleidoscopio de sentimientos.
ResponderEliminarEl último me parece muy justo.
Besos.
Xavi, muchas gracias. Sí, a veces dan ganas de hacer algo parecido.
EliminarBesicos muchos.
Buenos relatos, un saludo : )
ResponderEliminarMuchas gracias Miryam.
EliminarBesicos muchos.
Admiro tu profusión de historias con una sola frase de partida. Bravo.
ResponderEliminarMuchas gracias Margarita. A veces se consigue, otras no.
EliminarBesicos muchos.
"Los mayores lo quieren todo y no ven que tanto ellos como nosotros somos personas y ni notan, la tristeza en algunas miradas."
ResponderEliminarMe ha impresionado verlo reflejado aquí, de esta forma tan natural y evidente, de algo consustancial, y más cotidiano de lo que quisiéramos, de esa tendencia de los mayores...
Abrazo Nani.
Bienvenido Ernesto. Me ha encantado tu comentario y la apreciación que haces. Los mayores no nos damos cuentas ni hacemos caso a lo que perciben los niños. Si fuéramos como ellos, otro gallo nos cantaría.
EliminarBesicos muchos.