Resulta
que ha empezado a hacer un frío que pela y me gusta ir al bingo (es la única
distracción que tengo), pero mis piernas no me responden como quisiera y el
frío me acogota. La paga de viuda no da para mucho y el abrigo que he tenido hasta
ahora se me ha quedado pequeño. a la vez de estar bastante raído, así que pensando
y dando vueltas a cómo solucionar mis problemas, he diseñado con la vieja
camilla de la mesa familiar (ahora uso una pequeña), un abrigo capa que cubre
la silla-andador que me ha adaptado el carpintero de la esquina y todo se ha
solucionado. Cuando me canso, me siento y con mi enorme abrigo-capa, tapo el
equipo que llevo debajo. Me sirve de paso para que no se vean los boquetes de
mis medias y sobre todo, para colocar el
orinar adaptable. Ya no aguanto y lo que me faltaba era que se me escapara por
el camino.
Nani. Septiembre 2020
Di que sí. Las aficiones no hay que abandonarlas por nada. Por otro lado, lo poco que se tenga hay que usarlo lo mejor posible. Besitos.
ResponderEliminarAsí es Juan Manuel, jajaja. La foto me recordó a una anciana que vendía chucherías cuando era niña y le pasaban cosas muy curiosas, entre ellas, abrirse de piernas y debajo de los rebajos ver como se mojaba el suelo.
ResponderEliminarGracias por comentar.
Besicos muchos.