sábado, 26 de diciembre de 2020

LA ABUELA LO SABE TODO

 


─Mami, me ha dicho la abuela que este año no podemos pasar las Navidades en la candela, allí en el pueblo con ella. Ha llamado al fijo y hemos hablado mientras tú has ido a llevar el trozo de bizcocho a Loli, la vecina.

─Me ha dicho que tendremos que seguir haciendo videollamadas y si papá y tú queréis, podríamos quedar para cenar la Nochebuena o el día de Navidad al mismo tiempo, a través de videollamadas.  Este año se ha habituado y no se aturulla tanto como al principio de la Covid19.

─ ¡Me he puesto triste mami y he llorado un poco! Aunque dice que no debo llorar. Es más importante podernos contar cosas y tener la suerte de repetirnos lo mucho que nos queremos, por teléfono o por redes: ¡Cuando estudies historia lo comprenderás,  ─dice. Comprobarás que ha habido muchas epidemias. Verás que lo dice la Biblia o Hipócrates antes de Cristo. Hubo varias gripes muy malas, cólera, viruela o peste!  ¡Jajajaja, me ha hecho gracia, mami! Le he dicho que tiene el mismo nombre que hay, el día que cueces coliflor. Y me ha contado también, que se pusieron muy malitos y murieron muchas personas, porque no sabían que necesitaban protegerse como hacemos nosotros, guardar distancias y no juntarse tantos en casa, pero que entonces había mucha pobreza y todos vivían muy apretados, porque no podían tener casas para todas las familias. Y que estar separados de los mayores o los que están malitos, es bueno para evitar que haya contagios. También dice que debamos aguantar otro poquito, hasta que el bicho feo y asqueroso, se vaya del todo.

─Me ha contado otra vez la historia del abuelo cuando estuvo en Alemania. Tampoco venia en Navidad y ellos ni podían hablar por teléfono, las confe…, ¡no sé, ha dicho una palabra rara!, pero creo que se refería a las llamadas que costaban mucho dinero y no podían nada más que escribir cartas y a veces tardaban muchos días, pero no les pasó nada, porque sabían que debían esperar.

─Le he dicho que quiero ir a por ella para traerla a casa pero me ha pedido que nos quedemos aquí, que esta Navidad es importantísimo pasarla de esta manera. Ya  en la videollamadas nos enseñará como ha puesto en el Belén la figurita del Niño, con una mantita de crochet que le ha tejido, porque no ha podido salir a comprar una nueva y de esa manera, no se nota que la pegó el año pasado cuando el hermano la cogió para jugar y se le cayó. ¿Te acuerdas que se le rompió una piernecita? Como no ha podido salir a comprar nieve artificial, ha puesto bicarbonato del que tiene para limpiar la medalla de plata del Perpetuo Socorro. Esa que le regaló el abuelo cuando se prometieron. ¡Es bonita y siempre me dice que cuando se haya ido a acompañar al abuelo, me la debo quedar para que me proteja! Siempre le contesto que ya no se llevan esas cosas, pero me dice que no son modas sino fe y como no entiendo bien que es eso, me responde de nuevo: ¡Con el tiempo lo comprenderás, te hará compañía y podrá ser parte de tu fe!

─Pero mamá, ¿por qué lloras? La abuela dice que no tenemos que llorar. Debemos estar felices porque todos estamos en casa juntos y ella está bien. El tío Paco le lleva la compra y hace sus cosas. Todos los días tiene pan tierno, no le falta el aceite como le pasó de pequeña y se hace lentejas y garbanzos. ¡Qué ricos están sus garbanzos, a ti no te salen igual!, ¿verdad? ¡Hasta papi lo dice!

─Ah, me ha encargado te diga que no te preocupes. Las tardes que hace solecito, se va a caminar a la parte de atrás con su vecina Virtudes y con María la del tío Paco. Como esa parte es muy llanita, toman el sol y recuerdan historias de las que vivieron más jóvenes y cada una habla de sus nietos. Luego por las noches llega el tío Juan, charlan un poquito guardando la distancia en el portal, le recoge la basura para que ella no tenga que salir al contenedor y que todo está muy bien. Como dice, este año la Navidad la tenemos que vivir para adentro y más sentida. ¡Ufff, de verdad que a veces no la entiendo, pero me gusta escuchar sus historias y sobre todo, que me repita cuanto me quiere y que no llore. ¡Echo de menos que me abrace en el sofá y quedarme recostada en su pecho. Se está tan a gustito, sintiéndola tan cerquita! 

La madre con un gesto la interrumpe:

─Marta, ¿no te ha dado ningún encargo especial para ti?

La niña baja la cabeza, mientras se pone roja. Levanta la cabeza mirando a la y madre y contesta:

─Sí mami, me ha dicho que no le haga rabiar al hermano y no me coma sus chocolatinas. Sabe que todos los años cuando vienen los Reyes Magos, engaño al hermano y le quito algunas de las que le tocan a él, ¡pero es que me gustan mucho, aunque le he prometido no hacerle rabiar ni  sisarle sus golosinas!

─Ah, también le he prometido ayudaros y ver la tele un poquito menos que las pasadas Navidades.

 

#unaNavidaddiferente

Nani. Diciembre 2020

 


11 comentarios:

  1. Espero que la próxima navidad todos estén juntos.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero Xavi, que todas las familias lo consigan y lo consigamos.
      Besicos muchos.

      Eliminar
  2. ¡Que tierno y amoroso Nani! La verdad es que me ha hecho llorar de la emoción mientras leía.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conchi, no era mi intención haceros llorar, pero es que estamos todos tan sensibles!!
      Besicos muchos.

      Eliminar
  3. Muy lindo texto amiga. Saludos a la distancia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sandra bonita, muchas gracias. Me alegra que te guste.
      Besicos muchos.

      Eliminar
  4. Lo que se dice...estar en casa 😊
    besos

    ResponderEliminar
  5. Un cuento muy tierno y bien escrito, enhorabuena.
    Mucha suerte en el concurso de Zenda, yo también participo con mi cuento:
    https://www.humoryalgomas.com/2020/12/zenda-cuento-de-navidad-2020.html

    ResponderEliminar