Dígale, agente, que la quise mucho, tanto que por eso la dejé allí. Me temía este mismo acontecimiento y no quería que pasaran por esto, ¡qué sofoco! Pobrecita, ¡tan rosada y delicada! No debí dejarla solita en el arcén, pero venía mi novia y no quería que percibiera que en el confinamiento la echaba de menos, no tenía bastante con la almohada y mis brazos estaban vacíos. No me dio tiempo a desinflarla y guardarla en el altillo del almario. ¡Y mire usted por donde, estaba la poli a la vuelta de la esquina!
Nani.
Enero 2021
En tiempos duros nos agarramos a todo. Jjjj
ResponderEliminarLa imaginación al poder, jajaja.
EliminarBesicos muchos.
Pobre muñeca hinchable... ahí la dejó tirada.
ResponderEliminarBesos.
Jajajaja, Xavi es que la vida es muy dura.
EliminarBesicos muchos.
Que iba a hacer con ella...
ResponderEliminarAbrazos.
Pues lo que ha hecho, Alfred. Jajajaja
EliminarBesicos muchos.
"Tiempos duros", efectivamente, en los que los abrazos no son posible, y en los que abrazar seres inanimados y llenos solo de aire puede traer más de un problema. Muy divertido, Nani.
ResponderEliminarUn abrazo