REPELENTE

 

Tuvo un amor apasionado que al cabo del tiempo se volvió tóxico. La dependencia, los celos, y la asfixia total.

Le costó dejarlo, porque al principio no se daba cuenta de que no era amor lo que le ofrecía.

Cuando ya pudo apartarse de aquella persona, para no olvidar que el amor no existía y tener un repelente delante de sus ojos, colocó un pósit fosforito con un corazón grabado y una canina en el centro, en la puerta del frigorífico, en la pantalla del ordenador, en el espejo del baño y hasta en el monedero cosido como adorno.

Fue tan terrible la experiencia que tuvo, que se cerró por completo a una nueva experiencia, pero hete aquí, que tropezó un día con un corazón limpio y se concedió un respiro, para ver si era verdad que el amor sería posible. Hoy sigue probando, pero aún no lo ha encontrado.

Su alma gemela cuando le mira, le dice que debe cambiar el repelente, por un perfume que atraiga el amor, pero aún no se convence.

 

Nani. Abril 2022