Recorro
su cabecita con mis membranosas manos y
su calidez me proporciona ternura y alivio. Por mi cuerpo han pasado muchos
lustros y muchas experiencias. Las alegrías duraron un asalto, pero disfrutadas
y guardadas en lo más hondo. Hubo lucha, pero mereció la pena. Ahora, en el
declive, tener un cuerpecito inocente a mi lado, me reconforta y me da
esperanza, no lo consigo desde hace un milenio. Hoy, mientras lo acaricio y lo
miro, me regodeo en lo que está por llegar. Sé, que cuando su vida se fusione
en la mía, volveré a ser de nuevo joven, apuesto y vigoroso. Aunque lamentable tendré
que sacrificarle.
MOMENTOS
Recorro
su cabecita con mis membranosas manos,
con delicadeza y mucho amor. Han pasado los años y el tiempo se agota. Viví
como pude y di vida a los míos, siempre con responsabilidad, aunque sé que a
veces no hubo para derroches. Cuando los miro y veo que crecieron felices,
formaron sus familias y aman, me doy por satisfecho. Ahora, solo pido poder
disfrutar de la ternura de estos momentos, que con el reposo y la dulzura que
transmiten, me colman de gozo.
Nani. Abril 2022