Foto
del chileno Guillermo Lorca
Con
unas amígdalas como pelotas de pin pon, estaba en la cama de una de las
habitaciones del cortijo de los abuelos, esperando disminuyera la temperatura
que marcó aquel termómetro del año catapum.
Las
paredes que encaladas pulcramente estaban en primavera y verano, con las primeras
lluvias de septiembre y el contraste del eminente veranillo de San Miguel, se fue
bofando la cal y cayeron trozos, quedando desconchones como el mapamundi
redondo y pintado en una blonda de las que usa la abuela para sus tartas y
países varios.
En
esas estaba entretenido con lo que parecía Australia, la parte sur de África o
la península Escandinava. Bueno todo eso lo sabía porque en los primeros días
de curso, nos lo estuvo refrescando la seño y como no tenía otra cosa que mejor
hacer, me adentré en la sabana de Tanzania. Allí había guepardos enormes y
feroces, que cazaban gacelas y…
«¡Dios
mío, se escucha un rugido debajo de la cama! ¡No, ahora está en el cabecero y
me está tocando el pelo! ¡Quiero gritar, pero no puedo!, seguro que mamá está
haciendo las natillas y la abuela las migas, aunque gritara no me escucharían.
Me va a comer y no me van a defender».
─
¡No grites Migue, estoy aquí y no te quites la compresa que te he puesto en la
frente para que te baje la fiebre! ¡No pasa nada!
─Mami,
¿se ha ido el felino ese que me tocaba el pelo?
─Tranquilo,
no hay ningún felino ni nada que te pueda asustar. Solo tienes mucha fiebre y
andas delirando. Tranquilízate y duerme.
─
¡Quédate conmigo, que si cierro los ojos lo veo ahí, en la sabana de Tanzania,
¿no lo ves dentro del mapa?
─
¡Vaya con los felinos de Tanzania, la seño y tu enorme fantasía, no paras ni
con una fiebre que se sale del termómetro, anda y descansa que aquí estoy!
Nani,
septiembre 2023
Muy bueno, además es cierto que cuando uno tiene una fiebre elevada las alucinaciones son tremendas , asi que no me extraña que el pobre chiquillo viera rugir a un fiero animal en el cabecero de su cama. Muy bien contando.
ResponderEliminarUn besote.
Si a esa prodigiosa fantasía le sumas los delirios febriles el resultado puede ser inolvidable...
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo.
Besos.
Me has recordado las eternas tardes de duermevela febril cuando de pequeña enfermaba. Muy buen relato y la imagen no puede casar mejor con él.
ResponderEliminarBesitos.
Nani, muy buena la ambientación, el momento febril e infantil y las clases de geografía del cole, que a todos nos ha recordado momentos inolvidables, amiga...Aunque la mente nunca nos deja en paz y a veces, aún de mayores, nos hace pasar momentos difíciles con sus miedos y prejuicios...je,je...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por tu buen hacer, Nani.
Entrañable!!!
ResponderEliminarMe llevaste a la infancia, al estado de fiebre donde todo cobra vida. Pues claro que había un felino ;)
Besos, Nani.
Hola Nani! Hay momentos de la infancia que nunca se borran de nuestra memoria.
ResponderEliminarY esos momentos en los que estamos con fiebre y enfermos en la cama siempre serán muy impresionantes y nos marcarán para siempre!
Me gustó mucho lo que escribiste Nani...
Besicos muchos!
Fantasía y delirios febriles, no se puede pedir más... muy buen micro Nani. De nuevo de vuelta, con todos mis amigos. Feliz tarde. Besicos
ResponderEliminarLa fiebre... lo que puede despertar!
ResponderEliminarMuy bueno 👏🏼👏🏼