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Caminó despacio por los surcos que dejaron sus ancestros y que le llevaron a una pizzería muy conocida en la ciudad. No había nadie, ni siquiera personal para atender al público. Todos los que allí entraban, sabían que la puerta del fondo conducía a otro recinto mucho más concurrido. Tras empujar la puerta, la sobriedad del anterior espacio se convirtió en multitud y ambiente distendido. La diversidad era evidente. Le costó encontrar a la chica del vestido negro y gran escote en la espalda. La esperaba desde hacía ya media hora. Se acercó a ella, la saludó y encontró ese fuego en su mirada, que le hizo temblar y también rogar. Aquella mujer que tanto buscó, era la que le había robado no solo el corazón y la voluntad, sino la cartera y los sueños.
Quería entrevistar a la más famosa ladrona del país,
antes de que llegara la policía.
Nani, octubre 2024