Arreglando
los armarios, de nuevo tropiezo con las cajas llenas de recuerdos de papá.
Siempre me coge un pellizco por dentro, cuando las abro y no sé si voy a ser
capaz de volverlas a guardar. El motivo por el que me resisto a abrirlas como a
cerrarlas, es por la multitud de tesoros que encuentro entre los objetos
guardados. Recuerdo que mamá me las dejaba ver, cuando tenía catarros que
necesitaban reposo y así me mantenía entretenida. En particular me atraía una
postal con una flor, enviada desde el desierto donde hizo el servicio
militar y por detrás, había dibujado un corazón relleno de arena del Sahara,
donde le confesaba su amor a la entonces novia y luego, esposa y madre. Es duro
el reencuentro porque ellos ya no están presentes, aunque sé que me acompañan y
es lo que importa, empañando mis ojos y mi pecho de nostalgia.
Nani, febrero 2025
Las cajas de los tesoros personales.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Objetos que nos llevan al recuerdo, a experimentar de nuevo profundos sentimientos...
ResponderEliminarPrecioso, Nani, besos
Muy buenos días, qué caja más bonita, pero mucho más lo que se encontró en ella. Un besote.
ResponderEliminarTengo alguna caja por ahí con recuerdos. En una tengo los primeros dientes que se les cayeron a mis hijos y alguna coleta de pelo. Una caja bella con un gran tesoro.
ResponderEliminarFeliz día nani.
Un beso
Te entiendo muy bien.
ResponderEliminarEsa es una hermosa tristeza.
A veces no comprendo cómo pueden no estar...
Besos.
Esas cajas son tesoros.
ResponderEliminarAbrirlas es un viaje emocional lleno de alegría y nostalgía.
Besos, Nani.
La vida en cajas repletas de recuerdos. ❤❤
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