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de la estadounidense Brooke DiDonato
Cuatro
huevos, trecientos gramos de harina, ciento setenta y cinco gramos de azúcar,
un sobre de impulsor… Sí, esta vez iba a probar el famoso impulsor que se vende
en la página de María Topitos y que se ha impuesto por encima de los que se comercializan
en los grandes centros comerciales y comercios alimenticios. Según la
publicidad lanzada, es un impulsor sin aditivos ni conservantes y el mejor por
el momento para hacer un bizcocho esponjoso y nada parecido a los conocidos,
hasta el momento. He separado las claras de las yemas, he montado las primeras
a punto de nieve con su pizca de sal para que no se bajen, he añadido el resto
de ingredientes con el mayor amor y delicadeza y, por último, el famoso entre
todos los de su clase. Iba a comprobar si merecía la pena cambiar por el de
toda la vida o si ya, cambiaría para el resto de mis jornadas reposteras.
He
metido en el horno previamente calentado, mi preparado y estaba deseando probar
mi famoso bizcocho. Ese que a mi cuñada vuelve loca, a mi marido le tengo que
esconder y a mis hijos los tienta a pesar del régimen que llevan a rajatabla.
Después de los treinta y cinco minutos o cuarenta que suele tardar en hacerse,
lo he dejado atemperar para desmoldar y no me he podido resistir. Está
esponjoso y en su punto. Desde luego que la primera cuña ha sido para mí, pero
hete aquí querido lector, que me encuentro creciendo y creciendo y mi cabeza ya
tropieza con el techo, así que no sé si repetiré la próxima vez o deberé abrir
los techos para poder vivir en mi casa de toda la vida. Aunque esperaré a ver
si pasada la digestión, menguo hasta volver a mi tamaño de siempre, porque la
verdad, es que esto no pinta muy bien que digamos, aunque el bizcocho está de
muerte.
Nani,
marzo 2025
Menudo impulsor... Impulsa de verdad. 🤪😃😃😃🧁🍰
ResponderEliminar¡Menudo efecto! :))A des--esponjarse, besos
ResponderEliminarJajajaja, de lo que se come se cría eh.. jajajaa
ResponderEliminarBesos.
JA, JA, JA!!!!
ResponderEliminarMenudo impulsor, todo un acierto.
También sube la moral?
Besos.
ajajajjajaajja, me imagino a esa persona haciendo su esplendoroso bizcocho y a la hora de comer, ella misma se ve creciendo, creciendo, ajajá, superdivertido a la vez que preocupante.
ResponderEliminarUn besote Nani.
Muy bueno.
Jajaja a la vez receta y relato. Eres genial!!!
ResponderEliminarAsí que el leudante fue para ti y no para el biscocho... caray
ResponderEliminarRecuerdo que Alicia en el país de las maravillas, también tomó una pócima, que la hizo crecer y después menguar...A ti te ha pasado lo mismo...Cuidado con esos impulsores, Nani...
ResponderEliminarSiempre nos sorprendes con tus genuinos relatos...increible.
Mi abrazo entrañable y admirado.
jajajaja, menudo resultado el del leudante.
ResponderEliminarMuy divertido este relato con receta incluida.
Feliz semana nani.
Un abrazo
Fantástico (propio de ese género literario) y también porque aquí usamos tal término para exclamar ante algo que nos parece genial...
ResponderEliminarYa te digo que el Sombrerero Loco está la caer.
ResponderEliminarEn cuantito le llegue el olor delicioso.
Sonrío.
Besos, Nani!!!
jajaja Un impulsor que funciona a tope!
ResponderEliminarYo creo que cuando se pase el efecto volverás a tu tamaño natural. Alicia también lo experimentó así.
👏👏👏👏