sábado, 17 de mayo de 2025

ULTIMÁTUM

 



Fotografía de Francesca Woodman

Algunos días a la hora de preparar el almuerzo siento un aire fresco (diría más bien frío) y una voz en mi oído normalmente el derecho, que me pregunta que vamos a comer. Yo ingenua de mí, me vuelvo hacía el lugar por el que noto algo fuera de lo normal, pero no encuentro a nadie, aunque sí escucho la misma carcajada y su habitual respuesta:

─ ¿No te haces a que esté aquí esperando tu estofado, tu tortilla de patatas o el puchero de la abuela? Ya sabes que lo que más me ha gustado en la vida es la comida.

─ Dices bien, en la vida ─le respondo─, pero ya no la tienes ni perteneces a este mundo y deberías dejarnos tranquilos. ¡Sabes que a mi pareja no le haces ninguna gracia y siempre me creas conflictos! ¿Cuándo te vas a ir a descansar en paz, como hacen todos los que ya no están en este mundo? ¿Qué interés tienes en ejercer de fantasma, si ya esa profesión está desfasada? Os creó una identidad y os dio actualidad Dickens, Allan Poe o Shakespeare, pero ya tampoco están y por lo tanto deberías estar descansando, como ellos lo están hace tiempo. Estás pasado de moda amigo y si crees que me vas a asustar, sabes que te he dicho en varias ocasiones que ni me impresionas ni me intimidas, además te digo que si quieres comer sabes cual es mi lema: El que no trabaja no come. Y tú solo bienes cuando te llega el tufillo culinario y se te antoja, ni siquiera has sido capaz de arreglar tu aspecto. No aportas nada a esta familia y para colmo, comes o eso parece porque la comida desaparece y te vas, ni siquiera te esperas al café que es cuando una familia intercambia opiniones y se consolida una amistad o se llega a un acuerdo, sigues como siempre haciendo tu santa voluntad y ya estoy hasta las narices de fantasma o lo que quiera que seas, de tus ruiditos y de tus llamadas de atención, ni siquiera te sirvieron mis rezos cuando deseaba y pedía por tu descanso eterno. Por lo menos podías limpiar el polvo en lugar de ir dejando todas esas telarañas y harapos que vas soltando por donde pasas. Lo dicho, ya es la última vez que vienes a importunar. O te vas a descansar de una vez por todas o invocaré a la abuela y verás como ella te pone en tu sitio. Nunca hiciste caso a nadie, solo ella te impresionaba y no me queda otra que llamarla y que te lleve como hacía siempre, de una oreja. Eso decías que te dolía en tu ego y físicamente, así que ya lo puedes ir pensando.

Nani, mayo 2025