miércoles, 8 de febrero de 2017

SIEMPRE EL MONSTRUO



Imagen obtenida de la red

El armario donde acababa de encerrar a su muñeca a veces y por la noche, se iluminaba y crujía. Ella se tapaba hasta los ojos, sin querer ver ni escuchar, pero el miedo y el frío siempre era el mismo. Después lloraba hasta que mamá la escuchaba y venía a dormir con ella. Entonces el susurro de su voz y sus caricias la calmaba, hasta que llegaba él y de un tirón se la llevaba quedando de nuevo a merced del monstruo.


Nani. Febrero 2017

2 comentarios:

  1. La presencia del monstruo aterra y nos hace sospechar, Nani
    Qué bien sabes poner el punto fuerte en tus relatos.

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