martes, 18 de febrero de 2020

EL DESAYUNO



Ahora ya vestido y con el abrigo en la mano, sale a la calle y se encamina a su trabajo. Pasa como siempre por la cafetería de la esquina, toma el café que le termina de espabilar. Sale y tropieza como siempre. El chico que pide limosna, se  ríe día tras día. Le deja con el traspié el bocadillo y se guiñan mutuamente, como si fueran los mejores amigos del universo.

PERDIENDO LA INOCENCIA

─Ahora ya vestido, todo parece distinto.
─No soporto ver sin ropa al niño ni al resto de personas de la foto.
─Te agradezco que hicieras  ese trabajo por mí y los vistieras a todos. El día  que el abuelo me contó lo que pasó en aquel barracón, vomité y me desmayé. Después me agarré a su cuello y fue papá el que le dijo que era aún pequeño para entender lo que significaba Auschwitz.
─Terminamos llorando los tres.

Nani. Febrero 2020