miércoles, 25 de marzo de 2020

NATILLAS



Foto del estudio Elmgreen&Dragset.

Hoy papá me ha dicho que en lugar de ir al rincón de pensar, me salga al balcón a ver pasar a los amigos, los vecinos y a los señores que se encaminan al trabajo. Estoy aquí porque me he comido medio bol de natillas de las que mamá tenía preparadas para la cena. Ellos saben que es superior a mí. Si las dejan enfriar sobre la encimera, ya saben que no puedo resistirme, me las zampo calientes y todo.  No es la primera vez que lo hago. Ya me estoy relamiendo con los pestiños que hará la abuela para los días de Semana Santa, los rosquillos fritos que nos traerá tía Dolores y el arroz con leche que mamá preparará de postre para el Viernes Santo. Nos juntamos muchos en casa, apretados pero todos juntos. Comemos normalmente de primero garbanzos con bacalao (antes no me gustaban, pero ahora me chiflan). Luego habrá tortilla de collejas de las que el abuelo va a recoger con los primeros rayos de sol a la Cruz del Puerto, donde las recachas las ofrecen a los conocedores de plantas silvestres. También el menú incluirá bacalao o merluza en encebollado, voladillos que hace la abuela también y a veces, varios tipos de ensaladas. La verdad es que suele sobrar comida y estamos varios días repitiendo, pero dice la abuela que eso ha sido siempre así. No se puede estar cocinando, ir a los oficios y quede tiempo de ir a las procesiones. ¡Está mamá más guapa cuando se pone la mantilla y acompaña a papá que es costalero en la Borriquita! A mí me gusta mucho y también el Nazareno. Cuando sea grande seré costalero como papá y llevaré a la Virgen por las calles del pueblo, como lo hizo el abuelo, mis tíos y ahora mi padre. Desde pequeño me deja ir con un botijo para acercarles agua. Dice papá que ahí debajo se pasa sed y calor, pero que se acuerdan de Jesús y de los que en algunos lugares tienen falta de agua y que lo hacen con gusto por ellos. Papá dice que eso es empatía y que en este mundo la necesitamos. ¡No sé, del todo no lo entiendo! Hay otra procesión que me gusta mucho y la veo desde aquí sentado, como ahora estoy. Es la del Resucitado. Yo soy el encargado de tirar pétalos cuando pasa y me siento muy importante. Dice mamá y el abuelo, que eso siempre lo hicieron ellos cuando fueron pequeños y que siempre ha sido una satisfacción, pero que no me vaya a creer que todo se debe quedar ahí, sino que hay que bajar del balcón todo el año para estar con los vecinos, con los amigos y con todo al que se le pueda dar la mano. ¡Tampoco acabo de pillar estas cosas, igual cuando sea grande lo consigo! El tío Ramón dice que no debo tener prisa para nada, que a todo se llega si se pone el corazón y yo sé que llegaré, ¡porque cuando corro mucho el corazón se me sale! y eso es porque tengo. Bueno, ¡creo que ya he pensado un rato, así que voy a ver si me muevo y me ve papá para que me diga que entre! Reconozco que a veces me porto regular y los enfado, pero es que no me doy cuenta y todo me sale solo, será verdad que me viene de serie o, ¡eso dice mamá y si ella lo dice!. Ahora me lo como a besos y a mamá también y seguro que ya me dejan ver la tele un rato y jugar a la oca con ellos.

Nani. Marzo 2020


#yomequedoencasa

6 comentarios:

  1. Ay... qué nostalgia!!!

    Es un relato tan emotivo... aynssssssssss

    Besos.

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    1. Gracias Xavi, me alegra saber que al menos te ha dejado buen sabor de boca.
      Besicos muchos.

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  2. Que delicioso relato de principio a fin lo paladee y me encanto. Saludos amiga.

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    1. Muchas gracias Sandra, me alero que te haya gustado.
      Besicos muchos.

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