Foto de la red
Dándole vueltas al último contrato no llegaba a creerlo. Por ningún lado aparecía la cláusula que siempre me producía inquietud, ni la letra pequeña. Por ello llamé a mi jefe y le pregunté que había pasado. Me contestó que cogiera la lupa y si aun así no la veía, que mirara en el suelo porque seguramente, se habían caído y lo mismo debía comprar una aspiradora de mano especial.
Creí que me tomaba el pelo, pero me dijeron que desde que era feliz, hasta era capaz de gastar bromas, ser humano y aumentar el sueldo.
Nani. Febrero 2022