martes, 22 de enero de 2013

LOS QUE SABEN DEL CAMPO










© Foto de Nani.



Dicen los que saben del campo que cuando llueve, lo que cae es oro líquido y  todo lo que tiene vida y se moja, brilla con luz propia.

Dicen los que saben del campo, que un arco iris es la sonrisa de la naturaleza.

Dicen los que saben del campo, que pasar bajo un olmo viejo, da sabiduría para el resto de la vida.

Dicen los que  saben del campo, que empaparse bajo la lluvia, es igual  que tomar vitaminas para crecer.

Dicen los que saben del campo, que cuando nieva los árboles se pliegan, la tierra se lava y los ríos cantan.

Dicen los que saben del campo, que cuando sale el sol, los árboles abrazan, las plantas florecen y los pajarillos cantan.

Dicen los que saben del campo, esos mayores que por ahí andan, que cuando pasa la tormenta, el tiempo árido y la nevada, que la primavera se hace presente y la naturaleza habla.



Nani. Enero 2013

jueves, 17 de enero de 2013

SER BUHO (REC)






Imagen cogida de Internet

A ver si consigue así que papá no haga más el indio. Tu tío ha tenido siempre muy buena mano y logra quitarle pájaros de la cabeza, colocarle los pies en andurriales y vericuetos que tengan cierta lógica, aunque continúe diciendo que quiere ser búho nocturno y seguir vigilando el territorio desde vuestra casa del árbol.

Nani. Enero 2013.

domingo, 13 de enero de 2013

MAMÁ (REC)










Hoy mamá va a probar con la pistola. Quiere que quede impoluto y certero el disparo. Apunta al lugar donde sabe que será radical el impacto. Se santigua en primer lugar, frunce el ceño y aprieta el gatillo. La mancha de sangre en la camisa de papá, queda impregnada al instante de quitamanchas.


Nani. Enero 2012

miércoles, 9 de enero de 2013

SUCULENTO









A la cola, como todo el mundo –comenzó diciendo el del gorro- y todos fueron ocupando su lugar por orden de llegada para entrar en el habitáculo. La de color zanahoria se puso la primera después de cortarse la melena y darse un buen frote, al mismo tiempo que se duchaba; a continuación entró en el recinto  el redondito , muy rojo él y después de haberse quitado la gabardina;  también exigió el del gorro  a la corona de laurel, que no se diera tanto postín ya que con una hojita era suficiente. Más tarde ordenó a la llorona que se despojara del abrigo, así como al que llamaban ajito y al más verde que le seguía en la fila, que se desprendiera de las semillas. Les añadió unos 250 gramos de unas semillitas llamadas lentejas, perfumó con un chorrito de zumo de oliva y los cubrió a todos de agua para que se bañaran, los arrimó al calorcito de la lumbre y comenzaron la danza macabra cuando les roció con una pequeña lluvia de sal, donde todos acabarían muy tiernos y sabrosos, para acabar consumidos en un delicioso potaje. 

Nani. Enero 2013