viernes, 21 de julio de 2017

UN HELADO DE NARANJA








El niño sabe que debe sonreír. El que más tiempo dure con su bonita sonrisa se ganará un polo de naranja o eso les han prometido, ¡total, por probar…! Él sabe que debe ganar porque no tendrá otra oportunidad de comerse esa golosina que tanto le gusta. En cualquier momento cae otra bomba y se lleva el hueco de escalera que ha quedado en pie, donde duerme con su prima y el hermano de esta o igual, también son ellos los que caigan como el resto de familia.  Por otro lado, ya se sabe el camino y ha conseguido esquivar los escombros de la casa de su tío y la de los abuelos. Sería duro buscar otro sitio y allí está calentito pegado a los primos; pero sobre todo, ahora le resulta fácil mantener la sonrisa, es lo que le queda desde que sus ojos dejaron de ver.

Nani. 21 julio 2017

6 comentarios:

  1. Qué fuerte, Nani, y que tristeza se te queda en el alma. Buen relato. un abrazo grande.

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    1. Gracias Rosy. la propuesta y la foto es muy dura, así que me apliqué cuanto pude.
      Besicos muchos.

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  2. Duro y real, pero los niños lo son en toda circunstancia.
    Un abrazo grande!

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    1. Por desgracia la realidad supera a la ficción Carmen. Muchss gracias por comentar y venir a mi casa.
      Besicos muchos.

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  3. Jo... este duele mucho.
    Por real.
    Qué pena...

    Besos.

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    1. Sí Torito, duele y mucho por desgracia.
      Besicos muchos.

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