lunes, 30 de junio de 2025

OTRA VEZ PERDIDA EN LA BIBLIOTECA

 

 


LA SEMILLA, La Canela de Analía Sisamón


Quería hacer una consulta al técnico de cultura que tiene su oficina en la misma biblioteca de la ciudad, y allá que me fui a ver si podía verlo. Me dijeron que se encontraba en el último piso del edificio buscando unos legajos que está investigando para hacer un estudio, siendo autorizada para que fuera a buscarle. Subí y no le encontré de primeras, pero sí vi la puerta abierta de las habitaciones importantes donde se encuentran los libros de siglos, esos que hay que tratar con delicadeza y mimo y a los que no todo el mundo podemos acceder.

Yo conocía esa parte siempre cerrada al público, por acompañar a mis pequeños a unas jornadas de puertas abiertas con visita guiada y organizada, por una chica argentina que vive en mi ciudad. Ella es una artista reconocida en la nación e incluso en numerosos países. Se dedica a hacer teatro de marionetas y ese día, fue Analía y sus Títeres “Compañía la Canela” los que nos recibieron.  Nos saludaron, nos sobresaltaron e incluso nos sorprendieron saliendo de entres estantes, libros enormes y entre bromas, sorpresas y formalidad, nos enseñaron la parte secreta o más bien reservada a los expertos y estudiosos de la biblioteca, que tanto llama la atención a los que nos gustan los libros.

Los niños estuvieron encantados, pero creo que los mayores lo estuvimos mucho más, aunque simulamos muy bien nuestra sorpresa o en mi caso, aparenté mi perplejidad y admiración. En ese momento me volví chiquitita y fui una más del apretado conjunto de niños callados, atentos y haciendo preguntas cuando se les requirió aprendiendo de aquella interesante visita.

Todo esto lo recordaba mientras subí un tramo de escalera y al entrar, vi a la izquierda una mesita cubierta con un libro enorme y abierto. Me adentré hacia adelante, ya que el recinto tiene fondo. Estaba oscuro y solo entraba luz por la ventana abierta que iluminaba la mesita con el libro. Cuando me encontraba caminando entre dos estantes altísimos, noté que me daban en la cabeza como con un plumero o algo más fuerte, así como una escobilla de las que usaban las abuelas para quitar telarañas o barrer rincones. Me giré hacía donde percibí esa sacudida, no sin sentir un escalofrío por la sorpresa y por no ver a nadie en dicha habitación. De pronto escuché una risita traviesa que no conseguía localizar, pero cuando habitué mis ojos a la oscuridad, pude distinguir a una brujita simpática que se reía de mí y mi desconcierto. Parada y con la boca abierta de asombro no supe articular palabra. Tras una carcajada un poco pícara me preguntó: ¿No crees que pude quedarme aquí para vigilar a los curiosos como tú, o te crees que esto se queda solo sin una mirada vigilante? Sí, sí. Analía me dejó aquí para ayudar a los cuidadores, para no dejar que las polillas entren y para avisar si veo algo anormal cuando se cuela alguien aquí, como tú estas haciendo.

En esto estaba cuando de entre otros estantes, salió el bibliotecario preguntando quién se había colado allí y qué hacía y sobre todo, con quién hablaba.

Casi no sabía que responder. ¿Pensaría que estaba un poco más p’allá que p’acá si le decía que estaba hablando con una marioneta, y que me había dicho que era la guardiana del recinto? Que la había dejado allí Analía, para que vigilara a los cotillas y curiosos como yo. En fin, balbuceando le dije que lo estaba buscando y que me estaba acordando del día que estuvimos haciendo la visita guiada a aquel lugar, y que no pude evitar recordar a las marionetas musitando en voz alta aquellos recuerdos. 

El bibliotecario me miró un poco extrañado y me dijo: “Anda, vamos a ver que necesitas ahí afuera que se está más fresquito”.

Cuando me di la vuelta y comenzaba a salir, la marioneta se asomó por debajo de la mesita que había delante de la ventana. La vi solo yo y con una risita y la voz muy bajita dijo: ¿Sabes que solo los niños me ven y hablan conmigo?

Salí pensando que a veces mi imaginación me juega malas pasadas, o que tengo más cuento que Callejas.

 


Nani, junio 2025

miércoles, 25 de junio de 2025

ES TARDE

 


Por primera vez, lo ama y lo admite. En ocasiones le inspiró pena, compasión o empatía. Lo quiso como se quiere a un hermano o un a un compañero. Aunque hace días se dio  cuenta que estaba equivocada, creyendo sandeces o dejándose influir. No podría pasar sin él, ni dejar de escucharle defender las injusticias. Fue su timón sin que se notara. Fue la luz en la oscuridad y la alegría cuando solo hubo lágrimas y ahora sabe que lo ama, porque ha sido todo generosidad y apoyo.

Aunque ya no está, su pensamiento se ha disipado y vaga errante.

 

 

Nani, junio 2025

viernes, 20 de junio de 2025

Nº 41 REVISTA PANSÉLINOS

 


https://drive.google.com/file/d/1P7wF3S1COea8IrLGfo85zDsWWmOAFaGN/view

Y dentro de la revista con inmejorables escritos, mi relato :

BALADA

Cuando era niña me encantaba que me hablara de esa manera, mientras jugaba en la alfombra con mi colección de cromos, mis muñecas y ellos escuchaban aquellos discos de vinilo, que con todo amor limpiaban con una gamuza amarilla cuando los sacaban de la funda, para colocarlos en el pikú como llamaban a su tocadiscos y más tarde, repetían el ritual antes de volverlos a introducir.

Se embelesaban con sus bandas sonoras o canciones predilectas y sabía que era lo que encontraría entre mis cabellos, según el tipo de melodía que escuchaban. Si hacían sonar un vals, acariciaba mi pelo mientras expresaba que brillaba en clave de Sol. Si eran pasodobles, bailaban y reían mientras apuntaba que tuviera cuidado con las fusas y las corcheas que resbalaban en cascada por entre mis bucles. Cuando eran sinfonías, música más lenta o lírico, mi pelo se inundaba de silencios y a veces, cuando evocaban aquellos grupos de la época, comentaban que las notas giraban en torno a mí, porque era toda melodía y fruto de ella. Todo aquello no lo entendía de pequeña, pero me agradaba verlos felices, contando historias en las que éramos los protagonistas alguno de nosotros y siempre relacionados con la armonía musical.

Ahora cuando escucho a los Bravos, Pekenikes, Miguel Ríos o alguna zarzuela, percibo que por mi pelo bailan las corcheas, blancas, semifusas y hasta las redondas, que, al mismo tiempo, me producen tal cosquilleo por todo el cuerpo, que me embarga la emoción y la nostalgia. Sé que mi vida está repleta de bandas sonoras, canciones y notas musicales. Las melodías y los pentagramas forman parte de mi vida y no puedo dejar de pensar, que soy pura balada.


Imagen realizada con IA por María Serrano C.



miércoles, 18 de junio de 2025

RURAL

 




El hombre lobo más orgulloso de la provincia dijo al mirarse al espejo. Velludo, colmillos prominentes y ojos quizá enrojecidos más de la cuenta como correspondía a un chico criado en el más bello bosque del entorno. De pequeño no tuvo a su alcance una navaja y se desarrollaron sus piezas dentales al usarlas como herramienta. En cuanto a la mirada, normal en quién se pasa más tiempo pescando bajo el agua del río que paseando bajo el sol, pero contento de saberse privilegiado y hermanado con la fauna y la flora. Le faltaba la hembra, pero la buscaría en lo rural que era su hábitat natural.

 

Nani, junio 2025



domingo, 15 de junio de 2025

NO QUEDA NADA

 


Foto de @ugurgallen/

 

La música se escucha a pesar de que al fondo las llamas provocadas por drones o bombas consuman calles, viviendas, personas y, sobre todo, las vidas de los más inocentes.

Ya no quedan palabras para definir tanto horror y tanta falta de humanidad.

Ya no queda sino esperar a que todo acabe y ese fuego, como una víbora serpenteante consuma todo atisbo de luz, esperanza y susurros de amor.

Ya no queda nada y, sin embargo, se sigue escuchando la música de un saxo, que en un lamento llora y lanza al viento, una balada desesperada que se cuela en el alma y araña como un puñal recién afilado.

 

Nani, junio 2025

martes, 10 de junio de 2025

LIGERO COMO UNA PLUMA





Dibujó un pequeño ataúd y se metió dentro, después de delinear su silueta con lápiz de punta fina para que el lugar que ocupara fuera el justo. Ni colores, ni carboncillo para que todo quedara reducido al mínimo. De todas maneras, el destino era incierto y no quería abusar. Cuanto más humilde y sencillo, más natural. Allí dónde se dirigía los oropeles y lo políticamente correcto sobraba. Y si alguien le esperaba, quería ir ligero de equipaje y con el corazón depilado de pelos negros, pelusas de envidias y suposiciones no contrastadas.


Nani, Junio 2025

viernes, 6 de junio de 2025

ES MÁS COMPLEJO

 


Las palabras que nos han regalado desde C&C de la Fundación ONCE, para la ONG CINCO PALABRAS son las siguientes:

 

Alma, generosidad, miedo, lluvia y compartir.

 


Solo Alma sabe de generosidad. No se trata de recibir o dar lo que nos sobra para cubrir un agujero, sino de compartir o recibir compañía cuando el miedo atenaza la soledad que insoportable, hunde. El simple hecho de escuchar la lluvia puede ocasionar a un niño, el pavor más grande tras haber sufrido un torrencial que se llevó el coche de papá, el abuelo del compañero o destrozó viviendas. No es lo mismo compartir tu tiempo o un abrazo, a aquellos que tiritan por todo lo vivido y arrebatado en segundos. Tampoco se trata de pan, es más complejo.

 

Nani, junio 2025

LA CASA ENCENDIDA